Con una imagen pública en descenso paulatino, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, movió las fichas en el tablero de ministros para relanzar su Gobierno a un año y medio de iniciado su segundo período en el Palacio de la Moneda.
"Era algo bastante esperable por las bajas cifras de adhesión que tiene el presidente Piñera, que ya pasó de 30 a 25%. Y con los errores de las encuestas todo el mundo puede especular que todavía es menos", apuntó Grimaldi, director del Área Ideas políticas, conflicto y cambio social de la Fundación Chile 21.
"La parte más débil que el Gobierno percibe de su propia gestión es que no ha podido entregar la promesa de crecimiento económico, entonces tiene que reforzarse recurriendo a fórmulas que pudieran resultar bien en el Gobierno anterior" del actual presidente, indicó el experto.
En ese sentido, el nuevo gabinete cuenta con nueve ministros que ya acompañaron a Piñera en su primer mandato (2010-2014).
Pero a nivel externo, el cambio que causó sorpresa fue el del canciller Roberto Ampuero, que había impulsado una exposición internacional del presidente pocas veces vista en el país trasandino.
"Yo espero, y veo, cierto cambio. Sobre todo que las relaciones exteriores que vengan sean un poquito más serias y se tome menos la comunicación política de forma tan liviana como venía siendo: muy efectista y pensando que la opinión pública puede manejarse fácilmente sin que haya ninguna reacción, aprovechando la oportunidad de Venezuela", dijo Grimaldi.
Fue el 23 de febrero cuando Piñera eligió trasladarse a Colombia junto al mandatario de Paraguay, Mario Abdo Benítez, para acompañar al colombiano Iván Duque en la presión internacional sobre Venezuela. La intención por aquel entonces fue la de ingresar ayuda humanitaria desde la ciudad colombiana de Cúcuta.
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"Toda esa política efectista ha fracasado en el Gobierno de Piñera y ha querido tener un giro con su canciller". Lo que no cambiará en este sentido, pese al nuevo titular de Relaciones Exteriores, es que Piñera seguirá reconociendo al líder opositor Juan Guaidó, autoproclamado presidente de Venezuela.
Sin embargo, aseguró que incluso la ruptura con el Gobierno de Maduro nunca fue total diplomáticamente hablando, más allá de la exposición mediática: "A la Rendición de Cuentas del presidente se invitó al embajador de Venezuela, al oficial, y a la representante de Guaidó en Chile para tratar de conciliar las cosas, pero no ha habido un choque frontal, trata de hacer malabarismo", manifestó.