Se trata de la fiebre porcina africana, que no tiene tratamiento ni vacuna, aunque se están llevando en la actualidad ensayos clínicos para desarrollarla.
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La enfermedad causa fiebre en los cerdos y una hemorragia interna que conduce a la muerte de estos animales, por lo que la única opción para contener el problema es matar a los puercos contaminados. El mayor peligro está en que la tasa de mortalidad es altísima y puede llegar al 100%.
La enfermedad en sí no es perjudicial para los humanos hasta el momento. De hecho, si un cerdo muere a causa de la peste porcina africana, su carne aún puede comerse de manera segura, de acuerdo con varios informes. Sin embargo, esta enfermedad puede causar importantes perturbaciones en la economía mundial.
El primer brote de esta nueva epidemia se desató en una granja china en agosto de 2018. Además, el virus puede durar varias semanas en cualquier cosa, desde ropa hasta vehículos, lo que le permite viajar fácilmente largas distancias.
Esto explica porque se han reportado casos en Polonia, Sudáfrica, Corea del Norte, Mongolia, Camboya y Vietnam, aunque la producción de carne de cerdo en estos países es mucho menos significativa que en China. Sin embargo, se estima que la fiebre llegará a Tailandia, Birmania, Filipinas y Laos en las próximas semanas.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos incluso aumentó sus esfuerzos de monitoreo e inspección para evitar que la enfermedad llegue al país norteamericano.
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Anualmente, se producen 114 millones de toneladas métricas de carne de cerdo en el mundo y China representa casi la mitad del mercado. Las estimaciones oficiales sugieren que solo una pequeña parte de los cerdos chinos han sido sacrificados debido al brote, pero estimaciones no oficiales sugieren un problema potencialmente mayor.
"Este es el mayor brote de enfermedad animal que hemos tenido en el planeta. Hace palidecer la fiebre aftosa y los brotes de la enfermedad de las vacas locas en comparación con el daño que ha causado. Y no tenemos manera de evitar que se propague", señaló Dirk Pfeiffer, un epidemiólogo veterinario de la City University de Hong Kong y especialista en la peste porcina africana.
De acuerdo con la doctora Wantanee Kalpravidh, gerente regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la cantidad de casos de fiebre porcina informados por los gobiernos de la región no corresponde con la realidad y es "subestimada".
Wantanee señaló que la falta de compensación para los criadores de cerdos contaminados en el Sudeste Asiático es uno de los problemas que explica que muchos no quieran informar los brotes. Además, el temor de que prohibir el movimiento de cerdos a través de las fronteras solo crearía un "mercado negro" imposible de controlar, según la alta funcionaria.
Las implicaciones del brote ya se están sintiendo más allá de Asia. Los precios mundiales de la carne de cerdo han aumentado casi un 40%, y a largo plazo es probable que conduzca a más importaciones de carne de cerdo desde Europa y América para satisfacer la demanda, lo que también elevará los precios mundiales de la carne.
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Los mayores exportadores de cerdo del mundo son la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Brasil y Chile. Sin embargo, este aumento no es necesariamente ventajoso para países como Brasil, que vende a China soja para alimentar a los puercos.