Las imágenes recogidas por el diario South China Morning Post muestran las calles inundadas por una "marea negra", por el color que visten los manifestantes.
El 15 de junio, Carrie Lam suspendió el controvertido proyecto de ley, pero se negó a revocar por completo las enmiendas correspondientes, o a pedir disculpas por los conflictos que provocó la campaña gubernamental a favor de la normativa.
Durante una rueda de prensa, Lam argumentó que es un proyecto sensato, aunque admitió que hubo deficiencias en el manejo del asunto por las autoridades.
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Sin embargo, la jefa del Ejecutivo defendió el uso de la fuerza policial contra los manifestantes y dejó claro que no piensa renunciar al cargo.
Hace una semana, más de un millón de hongkoneses se echaron a las calles para manifestar su rechazo al proyecto de ley que permitiría a Hong Kong entregar sospechosos a los territorios con los que no tiene acuerdos formales de extradición, como Taiwán, Macao y la China continental.
Quienes impugnan la normativa temen que a la China continental sean extraditados no solo funcionarios corruptos sino también disidentes políticos.