Macri "está mostrando la señal de apertura que estaban reclamando sus socios", señaló Cruz, investigador y profesor universitario, autor del nuevo libro "Socios pero no tanto" sobre las coaliciones políticas en Argentina.
Los socios de la actual alianza gobernante pedían sumar a otros actores y compartir más la toma de decisiones a fin de construir un verdadero poder de coalición.
Macri decide ahora sumar s un jugador como Pichetto, un miembro del opositor Partido Justicialista (peronista) de 68 años "que no tiene estructura territorial para aportar caudal de votos pero abre la fórmula presidencial, aunque no suma renovación, porque es un dirigente con mucha trayectoria política en el peronismo", destacó el politólogo.
Previsibilidad
El Gobierno también ofrece una señal hacia afuera, "donde piden que Argentina honre sus compromisos financieros, dado el historial del país en no respetar siempre los acuerdos financieros por el dinero que recibe prestado", comentó.
Pichetto, jefe en el Senado del opositor Bloque Justicialista, que reúne al peronismo no alineado con el kirchnerismo, permite al mismo tiempo al oficialismo tener un actor propio con peso en esa cámara.
Si Macri gana las elecciones, "el presidente del Senado es el propio Pichetto, y eso lleva a una mayor capacidad institucional dentro de la cámara alta", expresó el investigador argentino.
"El Gobierno que gane va a tener una agenda complicada de reformas y va a necesitar de mayorías, y Macri no tendrá mayoría propia en Diputados y seguirá en minoría en el Senado, mientras que el kirchnerismo tendrá que ver cómo construye su mayoría en ambas cámaras", contextualizó.
Polarización doble
El principal adversario del oficialismo está representado en la fórmula que encabeza el exjefe de gabinete Alberto Fernández con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) como postulante a la vicepresidencia.
"En ese proceso de definición de candidaturas, vacían el centro al tratar de pescar votos con estrategias polarizantes", definió Cruz.
Los dos principales frentes electorales, de hecho, pueden utilizar las mismas definiciones para alertar que una eventual victoria del adversario hace regresar el caos, el pasado y la pobreza.
La alianza oficialista se erigirá como el actor garante de la república y las instituciones, mientras que la fórmula Fernández-Fernández centrará la discusión en la economía, dada la crisis y la recesión que castigan el país desde 2018.
Si llega a ganar la actual coalición gobernante, será una incógnita cómo se conformará el Gobierno de Macri, pues Pichetto querrá tener cierta injerencia al momento de designar el gabinete, y hay que ver cómo se construye la gobernabilidad desde ahí", comentó Cruz.
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En cualquier caso, predominarán los personalismos en un país donde es característico que los partidos políticos se adapten a la lógica de construir su fortaleza en torno a sus líderes, concluyó el politólogo.
Las elecciones generales tendrán lugar el 27 de octubre, mientras que las primarias que proclamarán las fórmulas se celebrarán el 11 de agosto.