El presidente de EEUU destacó que su país va a continuar con sus planes para aplicar un impuesto del 5% a los productos mexicanos a partir de la próxima semana.
Hay que destacar que estas medidas no pasarán inadvertidas en la economía estadounidense. México es la segunda fuente extranjera de petróleo para Estados Unidos. Suministró un promedio de 658.000 barriles de crudo diarios en marzo a compañías como ExxonMobil, Valero y otros refinadores.
La calidad importa
Las compañías de la costa del Golfo de EEUU dependen de México porque el país produce petróleo pesado que se mezcla con otras sustancias para producir gasolina, diésel y combustible para los aviones que mantienen la economía en marcha.
EEUU ya sufre de su escasez debido a las sanciones contra Venezuela. En particular, las exportaciones de petróleo de PDVSA sufrieron otro revés en mayo: cayeron un 17% con respecto al mes anterior a 874.500 barriles diarios debido a las dificultades para vender los barriles de crudo mejorado que solían comprar refinadores estadounidenses, según los datos citados por Reuters.
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El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por su parte ha dicho en varias ocasiones que México debería refinar más su propio petróleo y pensar más en su autosuficiencia petrolera. "No queremos ser colonia de ningún país extranjero. Eso se logra cuando se tiene autonomía, cuando se tiene autosuficiencia energética, que en la actualidad se ha perdido porque dependemos mucho, demasiado de la compra de los combustibles en el extranjero", dijo López Obrador embozando una nueva táctica del segmento.
"La industria de la energía está haciendo exactamente lo que estás esperando. Traemos materias primas de Canadá y México, las convertimos en productos de mayor valor y luego las revendemos", especificó.
¿El 'boom' de esquisto de EEUU no vale para nada?
Sus palabras prueban que si los aranceles siguen adelante, sería tremendamente en detrimento de las refinerías estadounidenses. Además, evidencia que pese al anunciado 'boom' de la industria de esquisto, EEUU continúa dependiendo del petróleo extranjero.
Asimismo hay pocas alternativas de países que puedan sustituir a México para llenar este nicho. Normalmente, Estados Unidos recurriría a Arabia Saudita, que también produce barriles pesados. Pero Arabia Saudita ha reducido los envíos a EEUU como parte del esfuerzo de la OPEP para impulsar los precios.
"Hay muy pocas alternativas a corto plazo", escribió Ryan Fitzmaurice, estratega de energía de Rabobank, en una nota a los clientes.
Fitzmaurice advirtió que las tarifas en México "deprimirán" los márgenes de refinación y podrían limitar la cantidad de gasolina, diésel y combustible que se produce para aviones. Ni hablar de los puestos de trabajo que se perderán.
La industria de la energía se ha unido a otros grupos empresariales para instar a Trump a que no agregue a México a la lista de países contra los que desató la guerra comercial. Sin embargo, parece que el presidente estadounidense no quiere escuchar la voz de la razón.
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