"No sé si voy a salir (…) No me gusta alimentar expectativas, no hay nada peor para un preso que una expectativa frustrada", comentó el líder izquierdista en una entrevista con el Diario do Centro do Mundo.
El expresidente también dijo que no está dispuesto a usar una tobillera electrónica: "Es para bandidos o para palomas mensajeras".
Después de la petición de la Fiscalía, el grupo que juzga los casos sobre la Operación Lava Jato dentro del Tribunal Superior de Justicia tendrá que fijar un día para deliberar sobre la situación del expresidente y decidir si puede pasar el día fuera de la cárcel y volver sólo para dormir.
El pasado mes de abril, este tribunal rebajó a ocho años y 10 meses el tiempo de Lula en prisión, y este es el tiempo que se toma en consideración para determinar que el expresidente ya cumplió un sexto de su condena.
Todo este caso se refiere al supuesto recibimiento por parte de Lula de un apartamento en Guarujá (São Paulo, sureste) como una especie de recompensa por los favores prestados dentro de la trama de Petrobras.
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No obstante, el expresidente está procesado en otros presuntos casos de corrupción, que, de ser condenado, podrían retrasar su salida de prisión o hacerle volver a la cárcel en caso de que finalmente pasara al régimen semiabierto.