La subprocuradora Áurea Lustosa Pierre pidió al TSJ que determine si Lula ya puede pasar al régimen semiabierto, que implica poder salir a trabajar durante el día y dormir en la cárcel, indicaron medios locales.
Lula está preso en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba (sur de Brasil) desde el 7 de abril de 2018, por delitos de corrupción y lavado de dinero en una condena en segunda instancia.
Después de la petición de la Fiscalía, el grupo a cargo de los procesos de la Operación Lava Jato dentro del TSJ tendrá que fijar un día para deliberar sobre la situación del expresidente.
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El líder de la izquierda brasileña fue condenado en primera instancia a nueve años y seis meses de cárcel, pero después la corte de apelación aumentó la pena a 12 años y un mes.
El caso se refiere a la entrega a Lula de un apartamento en Guarujá (São Paulo, sureste) como presunto pago por los favores prestados dentro de la trama de Petrobras.
El expresidente está procesado en otros casos de corrupción.
Nuevas sentencias condenatorias podrían retrasar su salida de prisión o anular su régimen semiabierto, si es que los jueces se lo conceden.