Un sondeo publicado el lunes por el diario Israel Hayom muestra que el bloque liderado por el Likud, el partido de Netanyahu, se quedaría en 59 escaños, es decir dos por debajo de la mayoría parlamentaria.
La crisis política en el país beneficiaría a Lieberman, cuya formación subiría de cinco a ocho asientos.
Los demás partidos repetirían prácticamente los mismos resultados que obtuvieron en las elecciones del 9 de abril, con excepción del partido laborista que bajaría de seis a cuatro escaños.
Las elecciones tienen que celebrarse el 17 de septiembre y hasta entonces la intención de voto podría experimentar algunos cambios.
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A día de hoy, la inmensa mayoría de los israelíes declaran que volverán a votar por el mismo partido que votaron el 9 de abril.