"A partir de mayo se registra no solo un aumento de la demanda de Argentina a unos 20 mmcd, por la llegada del frío invernal, sino que sube el precio que paga a Bolivia, que en esta época es equivalente al del gas natural licuado más los costos de regasificación", dijo el ministro de Hidrocarburos, Luis Sánchez.
La autoridad hizo la declaración ante consultas sobre si se estaba cumpliendo el acuerdo de febrero, que en realidad era la cuarta adenda al contrato de compraventa de gas natural vigente desde 2007 entre los dos países.
La adenda de febrero puso fin a una larga disputa entre las partes del contrato, las empresas estatales YPFB de Bolivia e IEASA (ex-Enarsa) de Argentina, por mutuos incumplimientos que provocaron una drástica disminución del negocio, una de las principales fuentes de divisas para La Paz.
La demanda argentina de gas boliviano llegó a caer hasta menos de ocho mmcd a fines de 2018, menos de un tercio del máximo comprometido de 27,7, según informes oficiales.
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El nuevo acuerdo fija entre 16 y 18 mmcd el volumen mínimo de gas natural que Argentina debe comprar, o pagarlo aún sin demandarlo, durante los tres meses más fríos del año (de mayo a septiembre) y en 11 mmcd la demanda mínima para el resto del año.
En mayo y junio, según una proyección publicada en el sitio web de IEASA, esta empresa paga a YPFB 7,94 dólares el millón de unidades térmicas británicas (BTU).
Bolivia exporta también gas natural a Brasil, mediante contratos con la estatal Petrobras y varias firmas privadas por un total de unos 24 mmcd, que según Sánchez podrían subir en los próximos meses por contratos en actual negociación.
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Las exportaciones de gas natural alcanzaron en 2018 un valor de 3.000 millones de dólares, casi un tercio de las ventas totales de Bolivia al extranjero.