Según Zhangzhi, Pekín y Moscú están expuestos a la presión de las sanciones estadounidenses, así que en estas circunstancias ambos países necesitan esforzarse mutuamente y desarrollar su cooperación económica y comercial.
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China no quiere una guerra comercial con EEUU, dice Zhangzhi, pero "ya que Washington se ha propuesto contener a Pekín", este "luchará hasta el final".
"La guerra comercial entre China y EEUU será nefasta para la economía mundial. El desarrollo de las economías china y rusa la va a notar. Pero (…) Rusia comenzó a desarrollar su propia agricultura y su propio sector productivo a raíz de la presión de las sanciones de EEUU y de China, y bastante rápido. Así que creo que [este escenario] es también una oportunidad para la cooperación entre China y Rusia", explica el chino.
Así que cree que, si los dos países se esfuerzan, pueden aprovechar la guerra comercial.
Zhao Huasheng, docente de la Universidad de Fudán (China), apunta al sector energético como el mejor parado en esta guerra comercial.
"Es especialmente con el gas natural con lo que se puede salir ganando más. Sobre todo, el que se transporta por ductos. Por ahora [a China] no llega demasiado y ahora ha comenzado a importar gas licuado a través del golfo de Bohai procedente del Ártico. En el futuro la cantidad de gas licuado aumentará considerablemente. La guerra comercial va a influir en muchos países porque la economía china está muy ligada a las de muchos terceros países. Pero a cuáles exactamente es una cuestión que todavía es difícil de dirimir", razona.
"Sus propios intereses están por delante. Y esa es su posición. Pero ese tipo de relaciones no tienen futuro. Podemos decir que la rivalidad entre EEUU y China acerca a Pekín y a Moscú porque, en realidad, las sanciones de EEUU contra Rusia y la guerra comercial son la prueba de que la arquitectura de las relaciones internacionales está cambiando", sostiene.
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