Las protestas, convocadas principalmente por sindicatos de estudiantes y de profesores, se fueron produciendo a lo largo del día en al menos 126 ciudades de los 27 estados del país, según recoge la prensa local.

En un ambiente festivo, grupos de estudiantes gritaban contra los recortes y el fin de las becas y hacían alusiones al contraste entre la afición que Bolsonaro siente por las armas y el supuesto desdén que dedica a las universidades.
"Me libro de las armas, me armo con libros", se podía leer en uno de los carteles de la marcha, donde tampoco faltaron las peticiones para que se ponga en libertad al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), siempre presentes en las protestas de la izquierda brasileña.
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Muchos de los manifestantes, sobre todo los profesores, expresaban su preocupación por las palabras del ministro de Educación, Abraham Weintraub, que en un video en Twitter acusó a los docentes de adoctrinar a sus alumnos "coaccionándoles" para que acudieran a los actos de protesta.
Guimarães, igual que decenas de profesores, dio su clase el jueves en la calle para acercar lo que de verdad sucede en las facultades a los ciudadanos de a pie.
"La gente se acerca a preguntar, muestra interés por lo que hace la universidad, pero desgraciadamente la visión negativa que propaga el Gobierno genera un sentimiento de desconfianza", aseguró.
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El Ministerio Público Federal denunció este jueves al ministro de Educación por daños morales a los profesores y estudiantes por éstas y otras declaraciones, y advirtió que sus palabras constituyen un peligro de "envenenamiento gradual de la democracia".
Otro profesor, Helio Jaques Rocha Pinto, que da clase de Astronomía en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), comentaba que muchos de sus alumnos están pensando en dejar el curso de posgrado porque ya saben que no habrá becas en el segundo semestre.
Las manifestaciones de este jueves siguen a las que se produjeron el 15 de mayo, y que sorprendieron incluso a sus convocantes por la gran afluencia de gente.
Este jueves, además de los lemas en defensa de la educación también podían verse muchas banderas y pancartas contra la reforma del sistema de pensiones que propone el Gobierno, y que de momento está parada en el Congreso Nacional.
Éste será el próximo caballo de batalla de los movimientos opositores al Ejecutivo de Bolsonaro, que preparan una huelga general para el 15 de junio.