El 29 de mayo por la noche, el barco turístico Sirena con 33 surcoreanos y dos tripulantes húngaros a bordo, se hundió en el centro de Budapest cuando navegaba por el río Danubio, al chocar con otro crucero de mayor tamaño, Viking Sigyn.
En el naufragio del barco turístico fallecieron siete personas —todos surcoreanos— mientras otras 21 personas se consideran desaparecidas.
El capitán del barco Viking Sigyn, un ucraniano de 64 años, fue detenido el jueves 30 por la policía húngara.
Su abogado, Balazs Toth, dijo a la agencia de noticias húngara MTI que su cliente, que tiene 44 años de experiencia, niega haber cometido crimen alguno y asegura que había respetado todas las normas de navegación.
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