"La apropiación social significa que el plan supere la vieja historia de proyectos multinacionales de desarrollo que solo se tratan entre gobiernos y las élites económicas, como hemos visto muchos fracasos", dijo el coordinador académico del programa de Migración y Gobernanza del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
El proyecto requeriría de al menos 30.000 millones de dólares para los próximos cinco años, de los cuales México tiene presupuestado invertir entre 20.000 y 25.000 millones en el sureste del país en ese lapso.
El resto lo aportarían cooperantes y los países del Triángulo Norte Centroamericano (Guatemala, Honduras y El Salvador), según la Cancillería mexicana.
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En los planes verticales de antaño, las comunidades y la ciudadanía nunca fueron tomadas en cuenta en su debate, ni incorporadas al esfuerzo de aplicarlos, reseña el autor de ensayos sobre el tema, quien ha sido asesor de la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional.
En una declaración a principios de 2019, el Gobierno del presidente Donald Trump dijo que la inversión estadounidense prevista en la región centroamericana es de 5.800 millones de dólares en los tres países.
Ese monto sería aparte de otros 10.000 millones de dólares que Jared Kushner, consejero y yerno de Trump, planteó como posibilidad en una visita a la Ciudad de México a finales de marzo pasado.
"Un grave problema es que los tres países socios centroamericanos son estados secuestrados por la oligarquías para su beneficio privado", advirtió el experto.
López Obrador mantiene una diplomacia de no intervención y autodeterminación de los pueblos, que también considera el respeto a los derechos humanos.
"Aquí entran los componentes de la sociedad civil, hagamos nuestro el plan de desarrollo integral y trabajemos con los homólogos y contrapartes, académicos, fundaciones, sectores ciudadanos y organismos de las iglesias, para que el plan sea asumido como herramienta colectiva para promover el desarrollo social sustentable", comentó Heredia.
Tres ejes de implementación
Heredia también es coordinador de la Iniciativa Ciudadana para la Promoción de la Cultura de Diálogo, y desde esa visión plantea tres ejes de sustentación social del plan, que ya fue presentado en la Casa Blanca la semana pasada y en Alemania esta semana.
Planes anteriores solo alcanzaban a plantear que la inversión en infraestructura trae crecimiento y empleos.
El aporte del nuevo enfoque es que señala "la necesidad de vasos comunicantes del desarrollo en el tejido social", destruido por la pobreza y la violencia del crimen organizado.
La amarga paradoja de Centroamérica es que la gente padece la miseria, pero es una región con una riqueza y belleza natural singular, señala el autor.
"Tiene una ubicación estratégica y geográfica meridiana, con una biodiversidad envidiable, dotación de aguas, selvas, maderas preciosas explotadas sin piedad, que nos pone ante la dicotomía de países que no son pobres pero con mayoría de población sumida en la pobreza", contrasta.
"Los países centroamericanos están creciendo económicamente, pero los circuitos financieros se concentran en pocas manos, por la dramática desigualdad", señaló el especialista.
Por eso, el segundo eje de implementación apunta a "señalar que las oligarquías centroamericanas no toman ninguna responsabilidad y remiten el problema a la cooperación internacional y EEUU, porque la gente se quiere ir a ese país".
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El investigador indica que "el mejor negocio del mundo de esas élites es exportar pobres, mientras reciclan las remesas en los supermercados y centros comerciales, con el control del sistema financiero, sin cambiar un milímetro su statu quo".
Por eso el tercer punto es que los países europeos, como Alemania, "tienen especial interés en que el plan de desarrollo tenga un componente de cohesión social, ante el panorama de la desigualdad extrema, violencia sistémica y corrupción".
El plan descansa en la palanca de la cohesión local: "que las oportunidades económicas no dependan de las remesas de los migrantes, sino de la generación de valor en las propias comunidades, con inversión, innovación y capacitación", puntualiza el experto.
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EEUU acusa a México y los tres países centroamericanos mencionados de no tomar medidas para frenar la migración hacia el norte, a donde han llegado miles de personas desde octubre con la intención de solicitar asilo.