Según el medio, una moto bomba que detonó el 28 de mayo en la provincia de Pattani, provocó al menos dos muertos y nueve heridos.
El rotativo señala que entre los fallecidos habían un chico de 14 años y una mujer.
El día anterior, en la provincia de Narathiwat, dos motoristas realizaron disparos letales contra dos guardias locales.
Los líderes de las Fuerzas de Seguridad del país creen que la escalada de tensiones en la región se debe al deseo de los combatientes de cometer actos de violencia en los últimos 10 días del mes sagrado para los musulmanes, el ramadán.
"Al parecer, los radicales creen que los ataques durante ramadán santifican sus acciones y son más valiosos en términos de su papel en la guerra santa contra los infieles", señaló el teniente general Phonsak Phunsawat, responsable de la mayor parte del sur del Tailandia.
Por su parte el jefe de la policía tailandesa, Chaktip Chaijinda, ordenó desde el 27 de mayo reforzar las medidas de seguridad ante la aparente escalada de ataques insurgentes que precede al fin del ramadán.
El conflicto costó la vida a más de 6.800 personas, en su mayoría civiles.