Los vuelos tuvieron lugar a mediados de mayo en el Lejano Oriente, donde los bombarderos estratégicos Tu-95MS sobrevolaron las aguas neutrales de los mares de Chukotka, Bering y Ojotsk, así como las costas de Alaska.
Normalmente los acompañan los cazas de conquista de superioridad aérea, tales como los Su-35S y los Su-30SM, pero en una ocasión despegaron los interceptores MiG-31.
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Dichos aviones no tienen la legendaria maniobrabilidad de los cazas Sukhoi, pero sí disponen de potentes radares y equipos radioelectrónicos que son insuperables en esta clase de aeronaves.
Durante todo este tiempo, el caza jefe efectuó el reconocimiento radioelectrónico sobre el trayecto de vuelo.
El servicio de prensa de la Fuerza Aérea de la Flota del Pacífico destacó que todos los vuelos fueron llevados a cabo de acuerdo a las leyes internacionales sobre el uso del espacio aéreo.
El caza MiG-31 se desarrolló originalmente como un interceptor de largo alcance capaz de operar en condiciones de lucha radioelectrónica por parte del enemigo. También es el caza en servicio activo más rápido del mundo. Antes de él, este título lo ostentaba su antecesor, el MiG-25.
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