Sputnik ha hablado con Gail Malone, amiga de la familia Assange, activista y una de los fundadores del partido WikiLeaks, sobre lo que se está haciendo a favor del periodista y sus perspectivas.
"En la actualidad, mucho depende de Suecia y de la posibilidad de reabrir el caso de las acusaciones de violación en contra de Assange. Es importante entender que Estados Unidos lo necesita en custodia para promulgar sus planes de extradición. Mientras tanto, Suecia ya tiene la reputación de entregar a personas a Estados Unidos para operaciones encubiertas", comenta Malone.
Respecto a las perspectivas de Assange y la protección de sus derechos, Malone afirma que Julian cuenta con el apoyo del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Detención Arbitraria, que determinó que había sido detenido arbitrariamente y que se le negaron sus derechos humanos básicos. El relator de la ONU contra la tortura, Nils Melzer, también dijo que está profundamente preocupado por la desproporcionada condena de Assange por una violación de la libertad bajo fianza.
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El periodista cuenta con grupos de apoyo en todo el planeta, sin embargo, la mayoría de ellos están en línea, lamenta la activista, recalcando que en su experiencia, este apoyo "rara vez se extiende más allá de esta esfera [de internet]".
"Aprovecho cada oportunidad para comenzar una conversación sobre Julian o WikiLeaks y, en la mayoría de los casos, me sorprende que un ciudadano medio tenga muy poco conocimiento de Julian y WikiLeaks, si es que tiene alguno. Estoy en Australia, su tierra natal, y aun aquí mucha gente no tiene ni idea", sigue Malone.
Respecto al apoyo del Gobierno australiano, el país nativo de Assange, de acuerdo a Malone, su amigo "ha recibido en el pasado y ahora poco más que palabras de nuestro Gobierno, su país de nacimiento, el país que más puede ayudarle". Durante 10 años, las autoridades han negado el interés de EEUU en Assange.
"Una cosa parece segura: Julian tiene muy pocas posibilidades de encontrar una solución política sin la participación masiva de los ciudadanos del mundo", afirma la activista a Sputnik.
Lo que le pasó al periodista saudí Jamal Khashoggi en la Embajada de Arabia Saudí (donde lo asesinaron los agentes de inteligencia saudí), el abuso de los defensores de la Embajada de Venezuela en Washington (donde la policía de EEUU ingresó para arrestar a un grupo de activistas que hacían guardia en la instalación) y el hecho de que Assange fuera sacado físicamente de la Embajada ecuatoriana "debería asustar a la gente hasta que se le pongan los pelos de punta".
"Con o sin Julian, hay una necesidad de organizaciones como WikiLeaks, ahora más que nunca. Esto no quiere decir que no debamos hacer todo lo posible para proteger a Julian para que pueda continuar su trabajo y vivir como un hombre libre, como debería", concluye Malone.