Según un comunicado divulgado por el Ministerio de Educación de Rusia, se trata de "una tecnología singular".
Una de las "ventajas grandes" del uso de ese tipo de combustible es que permitirá reducir las emisiones nocivas como las del dióxido de azufre (entre el 30 y el 50%) y del óxido de nitrógeno (entre el 50 y el 70%).
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Además, el uso del carbón liquido orgánico en vez de los residuos de procesamiento de petróleo "reducirá los costos del combustible en un 69%".
"El combustible de carbón líquido orgánico es a prueba de incendios y explosiones", subraya la nota.
El texto señala que el combustible de carbón líquido orgánico puede ser producido de distintos componentes inflamables, como carbón de baja calidad, residuos del enriquecimiento de carbón, componentes inflamables líquidos o desechos domésticos sólidos.
"De momento se realizan trabajos para diseñar un nuevo tipo de centrales termoeléctricas que utilice este combustible", afirma el comunicado del Ministerio ruso.