"La compra del S-400 es un trato cerrado, las entregas deben comenzar en julio o tal vez incluso antes. Rusia nos ofreció muy buenas condiciones. Después hablaremos también sobre el S-500, incluida su producción conjunta", declaró Erdogan el 18 de mayo en una reunión con los jóvenes en Estambul, transmitida por el canal NTV.
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Andréi Koshkin, politólogo y jefe del departamento de ciencias políticas y sociología de la Universidad Económica Rusa Plejánov, opinó que la cooperación técnico-militar entre Rusia y Turquía no se limitará solo al S-500.
"Otras armas también podrían ser útiles y tendrían mucha demanda si se desarrollan conjuntamente. Si se alcanza una solución política en la próxima reunión de los líderes de Rusia y Turquía, este tema ya podrá empezar a llevarse a la práctica", comentó a Sputnik.
Para el analista, el deseo de Turquía de cooperar con Rusia es previsor y prometedor.
"El presidente Erdogan tiene la intención de construir una avanzada potencia del mundo que produzca el F-35 junto con EEUU y los sistemas de alta tecnología S-500 de quinta generación junto con Rusia".
Al mismo tiempo, Koshkin recordó que el S-500 es un arma secreta y todavía se deben realizar consultas sobre la posibilidad de producirla conjuntamente.
"Todo esto llevará tiempo, especialmente si tomamos en cuenta la situación geopolítica, cuando Estados Unidos genera una dura confrontación contra Rusia", dijo el experto.
"Se ha completado una transacción comercial para el S-400, se han firmado todos los documentos, se ha realizado un pago por adelantado, no hay vuelta atrás. Y con el F-35 también la situación parece ser resuelta. El S-500 es un elemento de defensa de misiles no estratégica porque puede derribar satélites y objetos espaciales a una altitud de 180 km".
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El analista militar aseguró que las necesidades de Turquía las cubre "un solo sistema S-500".
"Lo que necesita Turquía ahora es el S-400, y primero debe obtenerlo, estudiarlo, formar al personal, realizar todo el ciclo de entrenamiento, llevar a cabo las pruebas de disparo y en el lugar de despliegue permanente, recopilar estadísticas sobre el funcionamiento. Después de eso, evaluar su sistema S-400 y luego ya pensar en el futuro", concluyó Játilev.
