Cuando despegó por primera vez el 20 de mayo de 1977 no era el primer caza soviético de la cuarta generación, pero sí acabó convirtiéndose en la base de la Fuerza Aeroespacial de Rusia.
Un camino complicado
En principio, el Su-27 fue concebido como el oponente del caza estadounidense F-15, puesto que era más ligero que el F-14 Tomcat, pero al mismo tiempo era más pesado que el F-16.
Mientras el F-15 era más ágil a grandes velocidades, el Su-27 tenía una maniobrabilidad a bajas velocidades insuperable. Con ello, gracias a sus potentes motores AL-31F podía llevar más armamento, tenía un mayor alcance y velocidad de ascenso.
A pesar de sus propiedades, la fabricación en serie de este caza se vio retrasada por la política de Leonid Brézhnev, quien estaba más interesado en los cazas MiG-31. Durante el breve mando de Yuri Andrópov el programa del Su-27 fue resucitado y se desarrolló a un ritmo trepidante.
Un avión exclusivo a la venta
En principio estaba previsto que los cazas Su-27 fueran vendidos únicamente a China, pero el colapso de la Unión Soviética cambió estos planes. Todo comenzó con las antiguas repúblicas soviéticas, cuyas Fuerzas Aéreas estaban parcialmente formadas por estos aviones de combate.
Entre ellos estaban Angola, China, Vietnam, Mongolia, Indonesia, Etiopía y Eritrea. Además, EEUU compró varias unidades de Bielorrusia para llevar a cabo unas pruebas comparativas y para usarlos en combates de entrenamiento.
Experiencia de combate
Su adversario estadounidense, el F-15, que tuvo la oportunidad de lucirse en el conflicto entre Siria e Israel, así como durante la Guerra del Golfo Pérsico de 1991.
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Por su parte, la única vez que el caza soviético se usó en un combate aéreo fue durante el conflicto entre Etiopía y Eritrea, donde los Su-27 etíopes derribaron dos MiG-29 eritreos a mediados de la década de los 90.
Un ejemplo ilustrativo de la superioridad de los Su-35S, que pertenecen a la generación 4++, fue cuando uno de ellos evitó ser detectado por un F-22 Raptor estadounidense. Se acercó por detrás y lo tuvo en la punta de la mira.
El legado del Su-27
Desde su primer vuelo en 1977, este caza tuvo múltiples reencarnaciones modernas y capaces de enfrentarse a los retos de su época. Ahora, sus sucesores son mucho más que unos cazas de conquista de superioridad aérea: se usan también para destruir blancos marítimos y terrestres.
Por su parte, su versión más avanzada, el Su-35S es una fuerza temible, puesto que heredó las mejores cualidades del Su-27, pero ahora cuenta con los avances tecnológicos más modernos.
Al mismo tiempo, el Su-30MKI es la base de las Fuerzas Aéreas de la India, que cuenta con una docena de escuadras formadas por este caza y tiene previsto abastecerse de unas 300 unidades más.
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Mientras tanto, a lo largo de la evolución del Su-27 China ha ido comprándolos y fabricando sus propias copias de este caza, tales como el J-11B, el J-15 y J-16. Con ello, los pilotos chinos opinan que el Su-35S es el "rey de los cielos".
Gracias a su enorme potencial de modernización, el Su-27 siempre estuvo tecnológicamente actualizado y a la par con sus adversarios occidentales más modernos.
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