"En Chile los gobiernos se han acostumbrado a aprobar los tratados sin debates y sin oposición, y esta es la primera vez que se ha articulado una cantidad consistente de voluntades en contra del tratado", dijo López.
Plataforma Chile se formó en 2015 y nuclea a más de 100 organizaciones que se oponen a los tratados de libre comercio (TLC).
A mediados de junio el Senado chileno debe votar para ratificar o rechazar el TPP11, luego de un reñido pasaje por Diputados.
"Si bien el Gobierno tiene expectativas de que puede hacer aprobar el TPP en el Senado, esa es una situación que todavía es incierta y que todavía se puede complicar, tal como se les complicó en la Cámara" de Diputados, dijo López.
El integrante de Plataforma Chile participa desde el lunes y hasta este miércoles en Montevideo de las jornadas "Libre comercio en las Américas frente al ascenso de la derecha: actualizaciones y nuestras estrategias", organizadas por la Internacional de Servicios Públicos y la fundación alemana Friedrich Ebert.
López recordó en su ponencia que Chile es "la capital mundial de los TLC", ya que es el país con más acuerdos de este tipo firmados en todo el mundo.
"Fue muy exitoso durante mucho tiempo el discurso de la reinserción de Chile sobre la base de los acuerdos comerciales, hasta el punto de que para algunos de quienes hemos trabajado en el tema pasaron a constituirse en el eje de la política exterior chilena. Y de ahí viene esa tradición de haber convertido a Chile en el país que ha firmado más TLC en el mundo", explicó López.
Así, los TLC se fueron convirtiendo en una "política de Estado", que además exaltaba la importancia y el rol de estos acuerdos en el "salto macroeconómico" que experimentó el país durante varios años.
Sin embargo, por la resistencia de la sociedad civil, se han comenzado a debatir aspectos como la soberanía del Estado, la destrucción de la industria nacional y la pérdida de puestos de trabajo.
Esto está modificando la correlación de fuerzas en el parlamento chileno, y los legisladores de centroizquierda, cuyos partidos en su momento impulsaron y votaron a favor de los TLC, incluido el actual TPP11, hoy están reconsiderando sus posturas, según López.
"Se empieza a construir una reflexión más crítica, que termina presionando a esos mismos sectores (políticos, que en su momento estuvieron a favor del TPP), porque son los que a su vez se supone que representan a estos grupos que se han visto afectados", explicó el especialista.
Reflexión
Los sucesivos gobiernos chilenos de centroizquierda o de derecha han insistido en la importancia de los acuerdos de libre comercio como condición para "abrir" la economía y darle un alcance global.
"Se plantea que Chile tiene que tener una economía abierta, porque eso es lo mejor para el país. Ahora, es una política que se va recargando de una serie de adjetivos calificativos con juicios de valor positivos: "economía abierta" como una virtud; "economía moderna" como una virtud, y el "multilateralismo" como una virtud", explicó.
"Chile no ha realizado una reflexión profunda, que se traduzca por ejemplo en estudios de cuáles son las consecuencias negativas de los TLC. Eso todavía está en una nebulosa. Y es bastante probable que en el momento que se haga va a arrojar conclusiones bastante sorprendentes, porque hay sectores completos de la economía nacional que han desaparecido", aseguró.
Mismo Tratado
Tras el retiro de EEUU del TPP original, los 11 países restantes acordaron algunas supuestas modificaciones y relanzaron el acuerdo.
Para López el actual TPP tiene las mismas características que aquel que incluía a EEUU hasta que Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
"Han tratado de construir el discurso de que este es otro tratado, cuando en estricto lugar es el mismo, y nosotros hemos insistido en esto", dijo.
"Hay una diferencia sustantiva entre decir que fueron eliminadas y suspendidas, pero no todos los sectores lo tienen claro; hay un intento por construir un relato según lo cual suspendido equivaldría a eliminado, pero (las cláusulas) están en el tratado que se aprobó en Diputados; han tratado de dar a entender que eso ya no es parte del problema, sin subrayar demasiado que al día siguiente de aprobado el tratado, si los 11 países se ponen de acuerdo, pueden entrar en vigencia", insistió López.
Estas cláusulas corresponden a algunos de los temas más polémicos del TPP, como el de la propiedad intelectual, las patentes y la solución de diferencias.
Pero el integrante de la Plataforma Chile cree que el "principal problema" del TPP es "el cambio en las reglas del juego" a la hora de las relaciones comerciales entre los estados y las empresas transnacionales.
"Se toma a través de una discusión, de una negociación supuestamente técnica, la decisión de limitar cuál es el ámbito de acción de lo público, de los estados, y cuál es el tipo de relación entre el Estado y los inversionistas", observó.
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Los estados firmantes del TPP11 son Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, México, Nueva Zelanda, Malasia, Perú, Singapur y Vietnam.