El director del Instituto de Ecología y Evolución de la Academia de Ciencias de Rusia, Viacheslav Rozhnov, dijo el 15 de mayo a los periodistas que es necesario soltar las orcas en la bahía Srédnaya dentro de dos o tres semanas, período en que habrá suficiente alimentación para ellas.
También supuso que lo primero se propone adrede: las orcas no querrán abandonar Srédnyaya, tras lo cual se dirá que no podrán sobrevivir en el medio natural y se propondrá venderlas a oceanarios chinos.
En relación con eso, seis activistas de Greenpeace en kayakas desplegaron la pancarta "Libertad a las cetáceas", de treinta metros de largo, a distancia de 150 metros del lugar donde se mantienen 10 orcas y 87 belugas.
"Lo de soltar las orcas en la bahía Srédnyaya sin ninguna preparación adecuada sería un paso irresponsable, rayano en sabotaje, que desacredita toda la idea de la rehabilitación de estos mamíferos marinos", señaló Grigori Tsidulko, de la Unión Internacional para la Protección de la Naturaleza.
La Fiscalía Ambiental de Vladivostok detectó infracciones cometidas por la Agencia Federal de Pesca (Rosribolovstvo) y unas compañías de captura, y abrió expediente penal con motivo de la captura ilegal y el trato cruel a los animales.
El Ministerio de Recursos Naturales y Ecología de Rusia comunicó en marzo que dentro de poco se elaboraría una "hoja de ruta" de liberación y adaptación de los mamíferos cautivos.