"¡Un día histórico para la educación de este país! ¡Y va a haber más!", escribió en la red social Twitter la Unión Nacional de Estudiantes de Brasil (UNE).
Se realizaron actos en escuelas, universidades y paralizaciones convocadas por sindicatos, partidos políticos y movimientos sociales y estudiantiles, según informa el portal de noticias local G1.
"Hoy estamos todos en la calle por la Educación, en un verdadero tsunami, para mostrar al Gobierno Bolsonaro el poder que ella tiene (…) No aceptamos que la educación sea tratada como gastada, cuando en realidad es inversión y garantía de futuro", escribió en Twitter Mari Dias, presidenta de la UNE.
Por su parte, el presidente brasileño tildó a los manifestantes de "imbéciles" cuando la prensa lo consultó por este tema al llegar a Dallas, donde se reunirá con el expresidente George. W. Bush (2001-2009).
"Es natural, es natural, ahora… la mayoría allí es militante, es militante, no tiene nada en la cabeza, si pregunta 7 x 8 no sabe, si pregunta la fórmula del agua, no sabe, no sabe nada. Los idiotas útiles, unos imbéciles que están siendo utilizados como masa de maniobra de una minoría que compone el núcleo de muchas universidades federales de Brasil", dijo el presidente a la prensa.
El ministro Abraham Weintraub aseguró a principios de mayo en una entrevista al diario local Estado de São Paulo que se recortaría el 30% del presupuesto a las universidades que organizan "desorden" en lugar de dedicarse a buscar la excelencia en la enseñanza, y acusó directamente a tres: la propia UFF, la Universidad Federal de Bahía y la Universidad de Brasilia.
Tras la polémica generada, el ministerio extendió la determinación a todas las universidades e institutos del país, lo que incluye casi un centenar de centros de educación superior.
Durante la campaña electoral de la que salió vencedor Bolsonaro el año pasado, estos y otros centros acogieron actos de carácter político, y estudiantes de la UFF, por ejemplo, desplegaron grandes pancartas con el lema "antifascismo", en velada alusión al líder ultraderechista, que generaron una fuerte polémica y que llevó a que la policía entrara en los campus para retirar los carteles, aunque la Justicia les obligó a dar marcha atrás apelando a la libertad de expresión.
Los rectores de diversos centros salieron al paso de las acusaciones e interpretaron las amenazas del ministro como una represalia por las manifestaciones espontáneas contra el fascismo que algunos de esos centros acogieron durante la pasada campaña electoral.