Este año ya se han observado varias tormentas solares, pero la de hoy ha sido la primera en un período bastante largo, que se ha clasificado como G3 y no como G1.
La intensidad de las tormentas se evalúa por una escala de nueve puntos. Cinco puntos corresponden a la clase G1, que se considera débil, y siete puntos, como hoy, representan una fuerte tormenta magnética que es de la clase G3.
"Las tormentas de la clase G3 repercuten de manera significativa en los equipos, ante todo en los aparatos espaciales, aumentan su alejamiento de la órbita y provocan problemas con su orientación", destaca el comunicado que aparece en el portal del laboratorio físico.
Se pueden producir además interrupciones en las transmisiones de programas radiales de onda corta, en la labor de satélites y en la comunicación por radio, así como pueden haber falsas alertas del sistema protector de las líneas de alto voltaje.
"No se registró ningún cambio en el funcionamiento del grupo de satélites orbitales que se encuentra bajo el mando de Roscosmos", destacó el servicio de prensa de la compañía.
Muchos científicos opinan que la mayoría de las tormentas geomagnéticas no afecta a las personas. Sin embargo, en caso de tormentas fuertes, los médicos recomiendan abstenerse de fuertes ejercicios físicos y seguir una dieta porque el fenómeno natural afecta, en primer lugar, a los sistemas cardiovascular y digestivo. Se recomienda evitar comida pesada, como platos fritos.
La Tierra ya vivió una tormenta solar capaz de poner a cero nuestra civilización https://t.co/MyMcS3JC5E pic.twitter.com/hArPCdEPLR
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) June 22, 2018
Al mismo tiempo, los especialistas observan que tampoco hay que preocuparse demasiado por las tormentas solares, porque los nervios pueden afectar aún más el sistema cardiovascular que el propio fenómeno.
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