La vasta mayoría de los niños yugoslavos ni sabía el significado de la palabra 'guerra' cuando en marzo de 1999 comenzaron los bombardeos de la alianza. Desgraciadamente, muchos de ellos fallecieron a causa de los proyectiles lanzados por los aviones de la OTAN.
No obstante, incluso los que sobrevivieron a esta agresión quedaron marcados de por vida.
Entre ellos está la columnista de Sputnik Masa Radovic, quien narró el miedo de la población infantil de Yugoslavia.
"Cuando comenzó todo yo tenía tan solo ocho años e iba al segundo grado en la escuela. Era demasiado pequeña como para entender lo que ocurría, pero lo suficientemente mayor como para tener miedo y recordar todo para siempre", cuenta.
Radovic relata sus recuerdos de un bombardeo nocturno cuando, al son de las explosiones y los motores de aviones, su madre salió corriendo para llevarle su juguete favorito: la ratoncita Minnie. Sin este juguete, la niña no podía dormirse en el refugio antiaéreo por tener demasiado miedo.
Tema relacionado: La OTAN justifica los bombardeos a Yugoslavia: ¿asesinatos legítimos?
Ella tuvo la suerte de sobrevivir a la operación militar de la OTAN, acabar la escuela y graduarse en la universidad para convertirse en una periodista de Sputnik.
Este fue el caso de los tres niños que fueron a la tienda local de Murino, un pequeño poblado al norte de Montenegro. Su abuela les estaba preparando una tarta y los mandó a comprar azúcar.
Por alguna razón, los militares de la OTAN consideraron que esta tienda era una instalación militar y lanzaron proyectiles contra ella. En ese momento había tres adultos y tres niños: todos fallecieron en el acto.
Como en Disneyland, pero con más explosiones
Radovic cuenta que cuando estallaban las bombas hubo múltiples "terremotos artificiales", que movían los muebles e incluso las paredes. De hecho, la columnista compara la fuerza de los temblores con las atracciones de Disneyland, que en aquellos mismos instantes estaba abarrotado de niños felices.
"Nosotros también éramos felices. Aunque además estábamos confundidos cuando nuestras madres nos despertaban en medio de la noche y en pánico nos vestían como podían para llevarnos a un refugio", recuerda Radovic.
Pero la felicidad de la pequeña Milica Rakic de tres años de edad no duró mucho. El 17 de abril estaba sobre el orinal, a punto de irse a dormir, mientras su madre preparaba la cama.
Más sobre el tema: Cuando la OTAN rompió la paz en Europa
Aproximadamente a las nueve de la noche uno de los misiles de la OTAN impactó contra la casa de la familia Rakic a las afueras de la capital yugoslava. Por desgracia, la pequeña Milica murió en una guerra sin entender siquiera el significado de esta palabra.
Trenes que llevan a la muerte
La columnista cuenta que antes de la operación militar de la OTAN nunca había viajado en tren, razón por la cual sus padres le prometieron que usarían el ferrocarril para ir al mar aquel verano.
La explosión y el fuego se saldaron con muchas víctimas. A día de hoy se desconoce el número exacto de muertos en este ataque. En el lugar de la tragedia fueron encontrados nueve cadáveres y cuatro fragmentos de cuerpos. Entre los fallecidos fueron identificados niños y una embarazada.
Además, muchos de los pasajeros que estaban en el tren fueron declarados como desaparecidos. "Pasaron ya 20 años, pero hasta ahora nunca me metí en un tren, ni siquiera para ir al mar. En mi memoria se grabó que los trenes pueden llevarte a la muerte", narra la columnista.
Las 'pequeñas' víctimas de la guerra
Una de las víctimas más jóvenes de la operación militar de la OTAN contra Yugoslavia fue Bojana Tosovic: tenía tan solo 11 meses cuando en la noche del 10 de abril murió mientras dormía abrazada por su padre en la aldea de Merdare.
Actualmente no se conoce el número exacto de los menores que fallecieron durante la operación militar de la OTAN contra Yugoslavia. Según las fuentes serbias, murieron 89 niños. Todos ellos fueron calificados como un daño colateral.
Además: Bombardeos a Yugoslavia: "La mancha que siempre quedará en la reputación de la OTAN"