Las negociaciones chino-estadounidenses celebradas la semana pasada en Washington concluyeron sin resultado y tras las mismas el país norteño volvió a elevar los aranceles del 10 al 25%, sobre los artículos chinos importados por un monto de 300.000 millones de dólares al año.
También recordó que Pekín ha dicho en numerosas ocasiones que el aumento de los aranceles no ayudará a eliminar los problemas.
"China jamás cederá ante la presión exterior, está decidida a defender sus derechos e intereses legítimos y es capaz de hacerlo en plena medida", subrayó.
Desde el año pasado las dos economías más grandes del mundo continúan implicados en una guerra comercial a gran escala.
Ambos países se han impuesto desde entonces varias baterías de aranceles recíprocos: mientras EEUU tarifó las mercancías chinas por un valor total de 250.000 millones de dólares, China respondió con aranceles que afectaron los productos norteamericanos valorados en 110.000 millones de dólares.
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En diciembre de 2018, los presidentes de ambas naciones acordaron una tregua en la guerra comercial y decidieron abstenerse de subir más las tarifas mientras continúen las negociaciones chino-estadounidenses.