Estos alarmantes datos son algunos de los difundidos por el Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente (Pnuma) y la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), firmada en 1979 en Bonn, Alemania, y vigente desde 1983, a propósito de un nuevo Día Mundial de las Aves Migratorias que se conmemora entre el 11 y el 12 de mayo.

En efecto, los residuos plásticos pueden tardar hasta 500 años en descomponerse, por lo que suelen quedar acumulados en el agua. Las aves marinas confunden fácilmente las botellas o bolsas con sus presas e intentan alimentarse de ellas, contaminando su organismo con materiales tóxicos.
Muchas veces, los más perjudicados son los polluelos, muchos de los que finalmente son hallados sin vida y con plástico en su interior.
La ingesta de plástico no solo le provoca lesiones instantáneas. Muchas veces, los químicos incluidos en esos materiales deterioran su aparato digestivo o incluso les generan una falsa sensación de 'saciedad' que los lleva a una malnutrición.
Buenos días Sudamérica, han escogido su evento para celebrar #WorldMigratoryBirdDay mañana?
— World Migratory Bird Day (@WMBD) May 10, 2019
Si están en Quito, Ecuador, consideren visitar #Elcrater donde un grupo de artistas expondrán sus obras pertinentes a la contaminación de plástico y armarán con ustedes aves de papel pic.twitter.com/prKEI1Sr6L
Algunas aves llegan incluso a utilizar plásticos para construir nidos, trasladando la contaminación hacia sus polluelos.
Otro de los riesgos que se presentan para las aves marinas son los aparejos descartados por la pesca. Actualmente se estima que representan el 10% del total de la basura marina y son los responsables de lo que se conoce como 'pesca fantasma', al capturar animales de forma involuntaria, un fenómeno que también produce miles de muertes.
A pesar de las dificultades generadas por la acción humana, cientos de especies de aves recorren cada año miles de kilómetros para completar sus ciclos migratorios. En general, las aves se mueven entre una zona 'de cría' durante el verano y otra en la que pasan el invierno.
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Uno de los ejemplos más notables es la 'limosa lapponica' o 'aguja colipinta', un ave que tiene se reproduce en la zona de la Siberia y Alaska, para luego pasar el invierno en el sur de África u Oceanía.
Los largos trayectos realizados por las aves migratorias aumentan los riesgos de encontrar peligros mortales en su camino. Además, y como la mayoría de sus amenazas son provocadas por la acción humana, el carácter internacional de sus trayectos obliga a que los países realicen esfuerzos mancomunados para trabajar en su conservación.