"Ambos compartimos la necesidad del entendimiento y la colaboración entre fuerzas progresistas para afrontar el futuro de España", dijo Iglesias en rueda de prensa desde el Palacio de La Moncloa tras reunirse con Sánchez.
Desde el 6 de mayo, Pedro Sánchez (del Partido Socialista Obrero Español, PSOE) realiza una ronda de contactos con los líderes de las otras grandes formaciones del país para poner en marcha las negociaciones de cara a la formación del Gobierno, aunque todavía el Rey Felipe VI no le designó como candidato de forma oficial.
En su comparecencia ante los medios Iglesias hizo un llamamiento a la "discreción" y evitó pronunciarse sobre si solicitó a Sánchez la entrada de Unidos Podemos al Gobierno, tal y como hizo públicamente tras conocerse los resultados de las elecciones.
"Nos hemos puesto de acuerdo en que vamos a trabajar para ponernos de acuerdo", se limitó a decir Iglesias.
En las elecciones del 28 de abril, el PSOE de Sánchez consiguió 123 escaños de los 350 que componen el Congreso de los Diputados, lo que no le permite llegar por sí mismo a la mayoría necesaria para investir a un candidato, pero le deja como única opción viable para alcanzar el Gobierno mediante pactos con otras formaciones.
Para investir a un candidato a la presidencia del Gobierno en España se necesita el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados (al menos 176 escaños) o el apoyo de una mayoría simple en una votación de segunda ronda.
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En base a los resultados electorales, Pedro Sánchez dispone de dos vías para ser investido.
Sin embargo, el líder de los liberales, Albert Rivera, prometió en campaña que los votos a Ciudadanos no servirían para investir a Sánchez, una posición en la que se reafirmó tras la jornada electoral.
La otra vía para la investidura de Sánchez pasa por conseguir el apoyo de la coalición izquierdista Unidos Podemos y de una amalgama de partidos regionalistas en los que necesariamente debería aportar ofrecer sus votos —o su abstención en la segunda vuelta— alguna formación independentista del País Vasco o Cataluña.
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Aunque esta vía parece la más plausible, presenta algunas dificultades como las divergencias entre PSOE y Unidos Podemos sobre si debería haber un gobierno monocolor o de coalición.
Se espera que el avance de las negociaciones para formar gobierno sea lento y los expertos vaticinan que los partidos no mostrarán sus cartas hasta que pasen las elecciones europeas, autonómicas y municipales del próximo 26 de mayo.