"Espero que sea suficiente (el espacio), hemos visto un aumento de un 240% en detenciones de unidades familiares. Es un viaje difícil para ellos, existe mucha explotación. Nos gustaría ver una desaceleración en el flujo de personas hasta que desaparezca totalmente", dijo la oficial ejecutiva de la Patrulla Fronteriza, Carmen Qualia, a periodistas reunidos en el refugio construido en Donna, en el sureste de Texas.
La otra tienda se encuentra en El Paso, fronteriza con la localidad mexicana Ciudad Juárez.
Ambas tiendas, que cuentan con divisiones interiores, a diferencia de otros campamentos que alojaban a los migrantes en carpas más pequeñas, costaron 36 millones de dólares y funcionarán cuatro meses.
Los migrantes, que accederán a duchas, ropa, alimentos y colchones, permanecerán en el lugar hasta 72 horas, el plazo que establece la ley para su retención, dijo Qualia.
Te puede interesar: ¿Qué vive un migrante al entrar a México?
La frontera sureste de EEUU ha registrado un pronunciado aumento en las detenciones de inmigrantes indocumentados desde octubre de 2018, cuando caravanas compuestas por miles de personas comenzaron a dejar Centroamérica huyendo de la violencia y la pobreza, con la esperanza de solicitar asilo en el país norteamericano.
Qualia comentó que en la noche del miércoles la Patrulla Fronteriza detuvo a más de 1.500 personas que cruzaron la frontera de forma ilegal.
El martes, la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR por su sigla en inglés) informó que un adolescente guatemalteco de 16 años bajo su custodia había muerto en un hospital de Texas tras varios días de permanecer en cuidados intensivos pese a que al momento de su detención el 20 de abril no había mostrado síntomas de ninguna enfermedad.
Este es el tercer menor de edad de origen guatemalteco muerto desde diciembre, cuando una niña de 7 años y un niño de 8 fallecieron tras sentirse mal mientras estaban bajo custodia de la CBP.