"Mi nombre es Vincent, soy de Francia, bueno, vivo en Francia, pero inicialmente soy de Bélgica. Para mí la decisión fue obvia cuando supe que iba a haber un juicio [sobre Assange] aquí y el movimiento de los 'chalecos amarillos' ha montado un autobús con 80 personas para venir a apoyarlo", relata el activista.
Según Vincent, hay una correlación directa entre los fines de su movimiento y los de Assange.
En cuanto a Andy Vermaut, un activista belga de derechos humanos, cree que el hecho de que Julian Assange tenga tanto miedo de ser extraditado a EEUU es muy comprensible ya que nadie espera un juicio justo para él.
"Para los verdaderos activistas de los derechos humanos que, como yo, luchan verdadera y honestamente y por amor incondicional a los derechos humanos y los derechos fundamentales, el trabajo de WikiLeaks de Julian Assange realmente vale más que el oro", recalca.
De acuerdo a Francis Boylem profesor de derecho internacional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Illinois (EEUU), también entrevistado por Sputnik, no hay manera de que Assange tenga un juicio justo en Estados Unidos. Si fuese solo por esa razón, ya debería denegarse su extradición.
"La extradición de Assange a EEUU violaría sus derechos humanos básicos tanto en virtud del Convenio Europeo de Derechos Humanos como del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del que tanto el Reino Unido como Estados Unidos son partes contratantes", cree Boylem.
El 1 de mayo Assange fue condenado a 50 semanas de prisión por burlar las condiciones de su libertad en junio del 2012. Se refugió en la sede diplomática ecuatoriana en aquel momento tras perder todas las apelaciones contra la extradición que el Reino Unido se aprestaba a cumplir, accediendo al pedido de la fiscalía sueca que lo requería para juzgarlo por presuntos delitos sexuales.
Al mismo tiempo, EEUU solicita su extradición para juzgarlo por una presunta comisión de delitos de intrusión informática.