La huelga "fue contundente en todo el país, más allá de que algunos funcionarios dicen que no se notó", afirmó Moyano en el cierre del acto central ante decenas de miles de personas que se movilizaron hasta el centro de la capital argentina.
La huelga de este 30 de abril, organizada por la CTA, Camioneros y otros sindicatos del Frente Sindical, dirigió a sus simpatizantes hacia la Plaza de Mayo de la capital argentina, frente a la Casa Rosada, sede del Gobierno.
El secretario adjunto de Camioneros defendió que el paro había sido "total en algunas provincias".
Alejandro González, secretario de organización de la rama de correos del sindicato Camioneros, dijo a Sputnik que "el Gobierno me hace recordar los años 90, entonces había más represión, pero esto se le parece bastante".
Este trabajador explicó la situación de la empresa privada de servicios postales OCA, en la que lleva trabajando 28 años.
"Estamos sufriendo las arremetidas del Gobierno, en situación de quiebra con continuidad laboral y con la intervención de un juez para continuar trabajando en esta compañía que tiene más de 60 años, y de la cual dependemos unos 7.000 trabajadores", indicó González.
Tras terminar la marcha, los manifestantes se dispersaron y muchos llegaron a la emblemática Avenida 9 de Julio, donde estaban estacionados sus autocares.
Algunos participantes de la huelga aprovecharon el final del acto para tomarse algunas fotos, mientras otros compañeros desfilaron de regreso con sus banderas enrolladas.
La CGT no participó
La principal central obrera del país, la Confederación General del Trabajo (CGT) no se sumó al paro, lo que permitió que funcionaran trenes y buena parte de los autobuses, si bien no hubo vuelos ni de cabotaje ni internacionales, ni tampoco subterráneo en la ciudad de Buenos Aires.
También se paralizó la recolección de basura, el transporte de carga, el servicio de correo, la atención en oficinas públicas y las clases en escuelas y universidades públicas.
Como referente de su sindicato, González afirmó que ellos pueden ir "a cualquier base de Camioneros porque seremos bien recibidos, mientras que los dirigentes de la CGT no pueden hacer nada porque no los quieren".
"El Gobierno está trabajando para la CGT, como dice Moyano, porque se escudan detrás de un subsidio", añadió.
El portavoz de MRP, Ezequiel Gamarra, dijo a esta agencia que no recuerda "que la cúpula de la CGT haya tenido nunca tanta fidelidad a un Gobierno, ni siquiera al peronismo".
Esa afinidad que permitió a la CGT resistir el paro de la jornada se debe a la existencia de "acuerdos muy duros, con cúpulas sindicales que en algunos casos también son empresarias", agregó.
En cualquier caso, el MRP celebró el éxito del paro y la movilización que volcó a la calle a decenas de miles de personas.
"Hubo una participación muy grande de los gremios convocantes y las organizaciones sociales y otra vez la misma reacción del Gobierno tratando de minimizar la protesta con incidentes que no se saben de dónde salieron y con el mismo discurso que dispuso la ministra de Seguridad (Patricia Bullrich) de agitar fantasmas que ve ella sola", afirmó Gamarra.
El dirigente social no descartó una nueva huelga contra el Gobierno, dado que "la situación del país lo amerita".
Adscrita a la CGT, tampoco fue parte de la medida de fuerza contra el Gobierno la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que agrupa a los conductores de autobuses de la ciudad de Buenos Aires y del primer cordón urbano de la provincia del mismo nombre.
Algunos conductores trataron de paralizar el servicio de líneas que no se adhirieron al paro, y además aparecieron al menos cinco unidades de autobuses incendiadas, lo que llevó a que una decena de personas fueran detenidas.
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El Gobierno ha enfrentado hasta el momento cuatro huelgas generales, la última el pasado 25 de septiembre.
En octubre de este año se celebran elecciones presidenciales en las que Macri aspira a revalidar su mandato.