"El presidente Maithripala Sirisena (…) tomó medidas para prohibir las organizaciones National Thawheed Jammath (NTJ) y Jamathei Millathu Ibraheem (JMI) en Sri Lanka", dice el comunicado.
Se señala que el Gobierno esrilanqués confiscará la propiedad de las organizaciones.
El mismo día, varios medios publicaron información sobre una explosión en el oeste de la isla, a 40 kilómetros de Colombo, sin que se comunicara de muertos o heridos.
En la mañana del pasado 21 de abril, el Domingo de Resurrección, seis explosiones ocurrieron de forma casi simultánea en tres iglesias de Sri Lanka y en tres hoteles de lujo de su capital, Colombo. En la tarde se produjo una séptima explosión cerca del Zoológico Nacional, en la periferia de Colombo, y al poco tiempo otra más, en un suburbio de la capital.
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Según los últimos datos, más de 250 personas murieron y más de 480 sufrieron heridas.
Las pesquisas preliminares sugieren que los atentados son obra de nueve terroristas suicidas, ocho de los cuales ya están identificados.
Sin embargo, más tarde el grupo terrorista Daesh (autodenominado Estado Islámico y prohibido en numerosos países, entre ellos Rusia) se adjudicó la responsabilidad de los ataques.
Las autoridades esrilanquesas decretaron varias medidas de excepción y detuvieron a más de 70 sospechosos.