Nicola Sturgeon, líder del Partido Nacional de Escocia (SNP, por sus siglas en inglés) y jefa del autogobierno, calentó motores con la publicación esta semana de una nueva hoja de ruta para alcanzar la independencia no más tarde de 2021 si se produce el Brexit.
"Nuestra causa común aquí es la independencia; nuestro objetivo común es conseguirla", declaró el consejero en Relaciones Constitucionales, Michael Russell, al abrir la sesión.
Una encuesta de You Gov para el diario The Times sitúa el proyecto independentista en su mejor momento de aceptación popular en más de cuatro años.
En el sondeo anterior del mismo instituto, publicado en junio de 2018, el sí captó el 45% de apoyos mientras que una mayoría del 55% rechazó la escisión soberanista.
En el referéndum de 2014, la ruta independentista quedó bloqueada por el 55,3% de votos partidarios de preservar la unión con Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.
"Aun nos queda una distancia por recorrer, pero ya hemos avanzado bastante", agregó Russell.
Sturgeon mueve con cautela y prudencia la política independentista, dando alas al sector rupturista sin comprometerse a un calendario exacto del requerido plebiscito.
Los delegados están llamados a aprobar una moción en favor de la creación de una divisa independiente de la libra o del euro.
Pero este decisivo paso se ejecutaría después de un rodaje temporalmente indefinido en el que se demuestre una "gobernanza robusta" y se supere una serie de pruebas económicas, de acuerdo con la propuesta gubernamental.
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El actual liderazgo del SNP aboga por mantener la libra esterlina durante la fase inicial de la etapa independentista.