"[Las propuestas económicas] de la izquierda y la derecha son un brindis al sol. No tienen ninguna base real. Por un lado, cuando dicen que van a aumentar el gasto público y los impuestos, y se hacen los números, estos no cuadran. El aumento de gasto es actualmente superior al aumento de impuestos. Con lo cual aumentaría el déficit. Y los que dicen que van a bajar impuestos no dicen con qué lo compensarán. Así que también aumentaría el déficit", advierte.
La economía, la gran ausente
El catedrático de la IQS School of Management de la Universidad Ramon Llull de Barcelona denuncia que la gran ausente de esta campaña electoral española fue la economía, materia pendiente y talón de Aquiles del país a lo largo de los últimos años. "Si usted repasa los debates políticos, de economía no hay nada. Hay muy poco y lo que hay no está argumentado. Y en los mítines de economía no se ha hablado. Y esto lo he denunciado porque creo que es gravísimo", insiste.
Para que España cumpla con la senda fiscal fijada por la Comisión, necesita 'encontrar' 25.000 millones de euros, y Niño-Becerra insiste en que "en campaña se han dicho muchas cosas y luego en Bruselas tienes que cumplir". Máxime cuando las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional apuntan a que la tendencia para el 2024 es de un empeoramiento del déficit en España, añade el catedrático. El entrevistado vuelve a criticar la osadía con la que los diversos partidos políticos han propuesto y prometido en campaña a diestro y siniestro.
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"Pienso que el papel lo aguanta todo, que las pantallas también lo aguantan todo, y en campaña han dicho lo que han querido y luego vendrá la realidad", insiste.

Las elecciones importantes son las europeas
En cualquier caso, Niño-Becerra resta importancia a los comicios del 28 de abril. No duda en que el color —o los colores, si toca alcanzar pactos para poder formar gobierno— del nuevo ejecutivo no será relevante. Advierte que los españoles deberían tener las elecciones al Parlamento Europeo del 26 de mayo mucho más presentes. La Unión Europea es, ante todo, una unión económica de naciones y, por tanto, las políticas económicas de cada Estado miembro deben armonizarse en Bruselas.
"Las elecciones importantes en España no son las generales; son las del 26 de mayo. Después del 26 de mayo, con el Parlamento Europeo definido, con una Comisión Europea rediseñada y con cuatro años por delante, a nivel europeo sí se tomarán nuevas e importantes políticas", enfatiza.
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A pesar de que la configuración del nuevo Parlamento Europeo que saldrá de las elecciones del 26 de mayo dictará en grandísima medida la senda de la economía española, resulta irónico que sean estas las que menos interés suscitan entre la ciudadanía española, asevera. En las elecciones al Parlamento Europeo del 2014, solo el 43,81% de los españoles acudió a las urnas, en comparación con el 73,20% que votó en las elecciones generales españolas de 2015.
A ello se suma que el déficit del país sea muy elevado y que no lo esté reduciendo. Lo que implica que Bruselas seguirá manteniendo las políticas económicas del gobierno que salga de las urnas de su Estado miembro bajo la lupa.
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