Se trata de Ilham Ahmed Ibrahim que según varios medios de comunicación, era uno de dos hijos de un magnate de las especias de Colombo, Mohamed Yusuf Ibrahim, que desempeñó un papel clave en los ataques en los hoteles Shangri-La y Cinnamon Grand del domingo.
"Fue un terrorista suicida que había sido puesto en libertad anteriormente, quien detonó una bomba en el Cinnamon Grand", dijo el funcionario.
Hasta el momento la policía ha encarcelado a más de 70 sospechosos, entre ellos cuatro mujeres, la mayoría de los detenidos son parientes o amigos de los terroristas suicidas.
Por su parte, el primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, dijo a la cadena Sky News que el Gobierno sabía del regreso al país de los ciudadanos esrilanqueses, que se habían unido al grupo terrorista Daesh (autodenominado Estado Islámico y prohibido en numerosos países, entre ellos Rusia), pero no podía detenerlos ya que la ley nacional no prohíbe unirse a una organización terrorista extranjera.
Opinión: La resurrección del Estado Islámico
Seis explosiones ocurrieron de forma casi simultánea en la mañana del Domingo de Resurrección en tres iglesias y en tres hoteles de lujo de Colombo. Más tarde se produjo una séptima detonación cerca de un parque zoológico, en la periferia de Colombo, y al poco tiempo otra más, en otro suburbio.
Las pesquisas preliminares apuntan a que los atentados fueron perpetrados por un grupo islamista local poco conocido hasta ahora, National Thowheeth Jamaath.
Sin embargo, más tarde el ISIS se adjudicó la responsabilidad de los ataques.