Aproximadamente 219 millones de personas contrajeron malaria en todo el mundo en 2017 y 435.000 de ellas murieron, de acuerdo con los últimos datos divulgados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que conmemora cada 25 de abril como el Día Internacional del Paludismo.
La gran mayoría de los enfermos de malaria siguen registrándose en África, continente que agrupa al 92% de los casos. El Sudeste Asiático aparece luego con el 5% de los casos y el Mediterráneo Oriental con 2%.
Si bien América Latina y el Caribe están muy por debajo de las cifras, el 'Informe mundial sobre paludismo 2018' advierte que la región experimentó un aumento del 20% en los casos entre 2010, cuando hubo 813.000 casos, y 2017, cuando hubo 975.700 casos estimados.
El dato de 2017 también marca un importante incremento con respecto a 2015, cuando una importante reducción había reducido los casos a 450.100.
El informe atribuye el aumento a una mayor transmisión de malaria en Brasil, México, Costa Rica, Nicaragua, Guayana Francesa, Belice y Venezuela. Este último país, consigna el informe, explica el 84% del incremento de casos.
En contrapartida, la OMS identifica que República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, Surinam y Colombia lograron reducir un 20% los casos de malaria. El Salvador, incluso, logró tener cero casos en 2017.
Las noticias también fueron positivas para Argentina, que en 2017 completó tres años consecutivos sin casos autóctonos de malaria (2015,2016 y 2017), por lo que ya tramita el certificado de 'libre de malaria' que ya consiguió Paraguay en 2018.
Cuba, Chile y Uruguay se mantienen como los únicos tres países de la región en los que la malaria no es endémica.
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A pesar del incremento de casos, la OMS considera que la región del las Américas ha hecho un "progreso significativo" y que 11 de los 17 países con malaria endémica lograrán reducir un 40% los casos de cara a 2020.
A comienzos de 2018, y también ante un escenario de aumento de casos en la región, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó a los países de la región a "fortalecer las acciones de vigilancia y control de la enfermedad, en especial las medidas relacionadas con la detección temprana de casos, el diagnóstico oportuno y el inicio del tratamiento".
En efecto, para la OPS es preciso "reducir las demoras entre el inicio de los síntomas y el tratamiento del caso, así como emprender acciones oportunos de investigación y respuesta ante casos".
Asimismo, pidió a los países "garantizar la calidad del diagnóstico parasitológico y evitar el desabastecimiento de alimentos".