Este concepto se refiere a la producción agrícola en la temporada iniciada en 2018 y que continúa este año, cuando los principales cultivos de exportación lograron productividades récord.
"Se estima que la cosecha total será de 140 millones de toneladas para todos los cultivos, alrededor de 24.000 millones de dólares de ventas al exterior", reza un spot de presidencia en que se muestra la fila de camiones que transitan por las carreteras hacia los puertos de todo el país.
"La Argentina tiene récord de cosecha de trigo en todo el país, también tendrá récord de cosecha de soja en todo el territorio, al igual que de cebada, girasol y maíz", apuntó en diálogo con Sputnik el consultor en negocios internacionales Marcelo Elizondo.
"Primero hubo mucha sequía, el campo invirtió pero el clima no ayudó, y después al momento de levantar la cosecha hubo mucha lluvia", explicó.
Los estándares con los que se mide la producción son de alto nivel, cada vez cuentan con mayor tecnología e incluyen ingeniería genética, maquinaria agrícola de alta calificación, siembra directa y profesionales de alta cualificación. Así lo único azaroso es el clima y en este caso todo salió bien.
Sin embargo, para el consultor económico, este respiro que implica la mejora agrícola no redundará necesariamente en el crecimiento de la economía.
"¿Esto va a influir para que la economía crezca? Probablemente no, porque todo el resto está mal. Pero va a ser un sector con buen resultado en un escenario muy dispar, en el que otros sectores van a tener malos resultados", dijo.
Por esto a su criterio habrá dos Argentinas. Una que se verá influida favorablemente por el campo, compuesta por los productores, los vendedores de insumos agrícolas, los transportadores y los que utilizan estos productos para la manufactura. Y otra que depende del consumo doméstico, afectado por la inflación y la devaluación, problemas que aún no se resuelven.