Al reconocer que los responsables de seguridad no le habían informado del peligro, Sirisena reveló que habrá una reestructuración en el sector en breve, y mencionó que ocho países con experiencia, habilidades de inteligencia y capacidades de alta tecnología para combatir el terrorismo se habían ofrecido ya para brindar su asistencia a Sri Lanka.
"Confío en que con esa reorganización del sector de seguridad y con la asistencia de expertos extranjeros, la amenaza terrorista pueda reducirse pronto", afirmó el presidente, citado por el portal de noticias Ada Derana Biz.
Sirisena agregó que el FBI y la Interpol enviarán equipos de expertos a Sri Lanka para ayudar en las investigaciones.
"No permitiremos que las medidas de emergencia limitadas que se promulgaron anoche se usen contra la gente común, solo se usarán contra sospechosos de terrorismo, asumo en persona esa responsabilidad", dijo.
Seis explosiones ocurrieron de forma casi simultánea por la mañana del Domingo de Resurrección en tres iglesias de Sri Lanka y en tres hoteles de lujo de su capital, Colombo. En la tarde se produjo una séptima explosión cerca del Zoológico Nacional, en la periferia de Colombo, y al poco tiempo otra más, en un suburbio de la capital.
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Según los últimos datos disponibles, al menos 321 personas perdieron la vida y 521 resultaron heridas en los atentados. Entre los muertos hay una treintena de extranjeros.