Ya para el 21 de abril, el Ejército Rojo había llegado a los suburbios de Berlín. Incluso los niños y los ancianos tuvieron que defender la ciudad. Las calles de la capital alemana se llenaron de barricadas y feroces enfrentamientos, pero los residentes de Berlín perdieron la batalla.
Las tropas soviéticas, a su vez, perdieron unos 78.000 efectivos, mientras que más de 600 participantes en la operación fueron galardonados con el título de Héroe de la URSS.