El Proyecto Frontera nació de una realidad dura: tras la llegada del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) a Ciudad Juárez para identificar si un grupo de cadáveres hallados en la zona correspondía a mujeres desaparecidas en el estado de Chihuahua, vieron que varios cuerpos no lograron ser identificados.
El EAAF identificó así una necesidad creciente y a la vez un desafío: la creación de bases genéticas en los países de origen de los migrantes desaparecidos, así como el acceso a la información de los cadáveres no identificados hallados en México y EEUU.
Mientras en México se avanza lentamente en la creación de una base única nacional de información forense, en EEUU pelean para que el FBI (que controla estas bases) les permita contrastar con los más de 2.000 perfiles genéticos de la gente que falta en Centroamérica y en el sur de México, abarcados por el Proyecto Frontera.
Los datos
Desde su puesta en marcha hasta comienzos de abril de este año, el Proyecto Frontera ha recabado 1.282 casos de migrantes no localizados, que hacen falta en 1.218 familias. A partir de ellas, ha recabado 3.413 perfiles genéticos que buscan a algún familiar desaparecido. En 10 años, han logrado 190 identificaciones.
El 38% de los casos de migrantes no localizados registrados por el Proyecto Frontera son de personas originarias de Honduras, mientras que otro 25% nació en El Salvador. Un 15% representa a migrantes mexicanos no localizados y un 8% a personas originarias de Guatemala.
La base registra también a cinco migrantes no localizados originarios de Nicaragua, tres nacidos en Ecuador y un caso para Costa Rica, Perú y Brasil.
El método
Mercedes Doretti es la antropóloga forense argentina que coordina este proyecto, quien explicó a Sputnik que funciona "a partir del trabajo de muchas organizaciones".
"Nosotros lo coordinamos pero no podríamos tener resultados si no es por el trabajo permanente de organizaciones gubernamentales y sociales, en todo el corredor migratorio desde Centroamérica, México y EEUU", dijo a Sputnik.
Doretti explicó que ésta es la fórmula de trabajo que más les ha funcionado, combinando los esfuerzos de ambos sectores (gubernamental y no gubernamental), dada la complejidad del tema tratado.
"Impulsamos la formación de bancos de datos forenses de migrantes no localizados en los países y estados de origen, porque aún cuando un cuerpo llegaba a una morgue y era bien examinado, la información que había sobre migrantes desaparecidos era muy pobre, tanto en calidad como cantidad", explicó la fuente.
La identificación se logra cruzando los perfiles genéticos de los cuerpos hallados, con los perfiles genéticas de las familias en búsqueda. Si algún de los dos no existe, la identificación no se produce.
El EAAF promovió la creación de bancos genéticos de migrantes desaparecidos en El Salvador, Honduras, Guatemala (que ya no está en funcionamiento) así como en dos estados del sur de México: Oaxaca y Chiapas.
Estos son aquellos sobre las circunstancias de desaparición de la persona; aquellos físicos de la persona desaparecida; y el perfil genético de las familias que denuncian la desaparición de una persona
"El segundo paso, mejorada la calidad y la cantidad de la información sobre los migrantes desaparecidos y sus familiares, es cruzar los datos", explicó Doretti.
Cruzar los datos
El problema una vez creadas las bases de los migrantes desaparecidos fue otro: la falta de un sistema de intercambio de información forense en el corredor migratorio, entre restos no identificados y personas desaparecidas. A eso apunta el Proyecto Frontera.
"Lo que empezamos a hacer entonces fue un montón de acuerdos de cruces de información, tanto con las distintas instancias en México como en EEUU", señaló la antropóloga argentina.
"Podríamos tener muchísimas más identificaciones si pudiéramos cruzar más la información o si hubiera sistemas de cruces más efectivos. Uno manda los perfiles y muchas veces no tiene respuesta", señaló Doretti a Sputnik.
Pero en el caso de EEUU no existe ese problema. La base unitaria existe, pero el FBI no ha permitido al Proyecto Frontera que se haga el cruce de información necesario con su propio registro de cuerpos no identificados.
"El año pasado solicitamos una audiencia temática en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con EEUU para que los perfiles que tenemos ingresen a la base de datos genéticos nacionales que maneja el FBI y se crucen con los perfiles genéticos de restos no identificados encontrados en la frontera, algo que hasta ahora no hemos conseguido", explicó Doretti.
Aunque llevan varios años de reuniones con la autoridad norteamericana, no han conseguido concretar este intercambio de buena fe, por lo que llevaron la solicitud a la CIDH para que intervenga y encuentre una salida.
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"Obviamente nosotros no nos vamos a meter en la base del FBI, lo que pretendemos es que el contemple estos perfiles que ya tenemos, porque seguramente va a haber un montón de identificaciones que no se están produciendo porque no hay un cruce masivo genético", concluyó.