"Algunas pruebas indican que (…) algo hicieron para que el cerebro de las máquinas en (la represa del Guri) identificara que la frecuencia cayó", dijo la fuente.
La frecuencia, o velocidad con que giran las turbinas, debe ser de 60 Hertz (hercios) y puede oscilar "más o menos 1%"; pero en esa ocasión "cayó de 60 a 52 Hertz (…), el equivalente a que hubiesen metido una carga de 2.000 megavatios", agregó.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 13, 2019
La Central Hidroeléctrica Simón Bolívar se encuentra en la represa del Guri del estado Bolívar, un gigantesco embalse de las aguas del río Caroní que hace parte de la cuenca del Orinoco.
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Guri produce actualmente unos 7.000 megavatios, de una capacidad instalada de 10.000.
El ataque, según la fuente, fue seguido de otros que ocasionaban la interrupción del sistema una vez que los técnicos lograban algunos avances, hasta que el 11 de marzo se consiguió mantener la generación y reconectar el servicio en casi todo el país.
Segundo apagón
La central hidroeléctrica más importante del país y donde se genera 80% de la electricidad que se consume volvió a ser objeto de otro ataque, esta vez físico, según la fuente.
Técnicos y trabajadores de la compañía estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) aseguraron en ese momento ocurrió algo que, pese a la experiencia que tienen, "no se podía explicar".
El gerente de distribución y comercialización de la Corpoelec, Dimas González, coordinador de los trabajos de recuperación del sistema del Guri, aseguró que en el patio de distribución de la hidroeléctrica encontró un proyectil.
"Nadie me lo contó, nosotros lo vimos aquí, un proyectil el día del primer evento", dijo González a esta agencia.
En un recorrido por el patio de distribución, Sputnik observó los restos chamuscados del autotransformador AT2 y de la fase B del AT3, algunas aún humeantes, y uno de ellos protegido con una banda en la que se leía "peligro no pase".
González añadió que "tenemos que tener mucho más control, mucha más vigilancia sobre el control que tenemos aquí: quién entra, quién sale, porque estamos rodeados, pero hasta el día de hoy podemos decir que vamos avanzando".
Además, en Bolívar se encuentran los miembros del Estado Mayor Eléctrico, encabezados por la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
Escasez de recursos
Trabajadores de varias industrias, también ubicadas en el estado Bolívar, operan junto a los empleados de Corpoelec en sustitución de piezas y cables dañados y medición de cargas, entre otras tareas de recuperación.
González explicó que estas labores insumieron muchas horas continuas de trabajo y de ingenio.
"Hemos trabajado día y noche (…) Solamente con los recursos nuestros nos era bien difícil atender la situación, porque no solo se requería un recurso humano (…) sino también capital, porque había que comprar muchas cosas", expuso.
"Estamos desmalezando, porque eso es parte de las acciones que también tenemos que tomar, por ejemplo, lo que se llama pica y poda, porque ahorita por las épocas de verano se nos incendian los corredores de las líneas, y eso me ioniza la línea y la dispara, la saca de servicio, eso con lo endeble que está el sistema afecta todo", agregó González.
Terapia intensiva
La fuente gubernamental dijo que el Sistema Eléctrico Nacional se encuentra en "terapia intensiva".
"Ahorita estamos como si tuvimos un paciente con paro cardíaco, lo resucitamos y ahorita está en terapia intensiva, mejorando, pero está en terapia intensiva", insistió.
Mientras los trabajadores de Corpoelec y de otras industrias básicas intentan reparar “como pueden” parte de lo que desde marzo comenzó a provocar fallas nacionales, los apagones locales no cesan.
Las autoridades anunciaron un plan de racionamiento de la energía, que consiste en cortar en algunas zonas la electricidad especialmente en horas pico, para no provocar el colapso de las líneas, según explicaron expertos de Corpoelec a esta agencia.
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"Es para controlar la demanda versus la generación; estamos generando unos 8.000 megavatios de los 10.000 que requiere el sistema nacional, entre hidroeléctricas y termoeléctricas, y en las horas pico, cuando me demandan esos 10.000 tengo que administrar las cargas, sacar circuitos, porque si no las líneas se sobrecargan y se me cae el transformador porque me está pidiendo una cantidad que no tengo capacidad de generarla y transmitirla", explicó uno de los trabajadores.
El estado Zulia (oeste) y el Distrito Capital (norte) son los de mayor consumo eléctrico del país, por encima de los 2.000 megavatios.
"Pero el Zulia está en la cola, es el más lejano de la generación, es como que tienes una manguera y si apuntas cerca, el chorro es fuerte, y si apuntas lejos, se va poniendo más débil, algo así pasa con la distribución de las cargas, para simplificarlo de algún modo", dijo el trabajador.
Largo plazo
El Gobierno tiene como meta de largo plazo reducir la dependencia del sistema eléctrico de lo que genera el Guri y llevar a su máxima capacidad la producción térmica.
El plan del Estado Mayor Eléctrico es independizar de la generación del Guri el servicio eléctrico de ciudades como Barquisimeto y Maracaibo (oeste), así como el servicio de agua por cañerías.
"Uno de los problemas que nos encontramos fue que nos apagaron la luz y nos centrábamos en restituir el servicio eléctrico, pero nos dimos cuenta que lo primero que había que hacer era el agua, enviar electricidad a los sistemas de bombeo de agua", dijo el alto cargo.
Mientras, la oposición política sostiene que las fallas son resultado del abandono crónico en que se encuentran las instalaciones de generación y distribución de electricidad.
Maduro pidió a la Organización de las Naciones Unidas que cree una comisión de expertos para investigar lo ocurrido y pidió a China, Rusia, Irán y Turquía apoyo para blindar el sistema eléctrico de nuevos ataques.