La Cámara Baja, de 500 asientos, aprobó "en lo general" la reforma laboral, con votos de casi todos los partidos, oficialistas y opositores, pero los legisladores presentaron 104 objeciones al texto de 535 artículos, sobre autonomía sindical y derechos de trabajadores sin contrato colectivo, entre otros, que pasarán a integrar las nuevas leyes laborales mexicanas.
Las objeciones particulares comenzaron a ser discutidas la tarde del jueves, antes del cierre del Congreso, que entrará en receso hasta el 22 de abril, por las vacaciones de Semana Santa.
Una vez aprobado, pasará al Senado y luego a los congresos de los 32 estados mexicanos, de los cuales al menos 16 deben avalarlo para que comience a regir.
Objeciones al dictamen
Entre las decenas de objeciones "en lo particular", el Partido de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda) presentó reservas al dictamen general aprobado, "para que la jornada de trabajo de empleadas domésticas no supere las ocho horas diarias" y evitar el "despido injustificado".
El Partido Acción Nacional (PAN, centroderecha) propone "aumentar los permisos prenatales y posnatales de seis a siete semanas, a fin de garantizar el interés superior del recién nacido".
Morena objetó algunos artículos "para garantizar la autonomía y eficacia en la administración e impartición de justicia laboral".
La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, la demócrata Nancy Pelosi, advirtió el miércoles que el T-MEC no será ratificado por el Congreso hasta que México apruebe una reforma laboral apegada al T-MEC y una nueva ley federal del trabajo.
El capítulo laboral del nuevo tratado, negociado durante casi dos años hasta finales de 2018, incluye garantías para asegurar competencia leal en el comercio global de las empresas ensambladoras, que producen bienes y servicios de exportación.