Es que la polémica llegó incluso antes de asumir, cuando algunas de sus reflexiones sobre la dictadura brasileña (1964-1985) en su blog personal 'Rocinante' se hicieron públicas. En una entrada de 2017, el ahora exministro había considerado que la fecha del 31 de marzo de 1964, cuando se produjo el golpe, debía ser "recordada y celebrada".

Incluso antes de que asumiera su cargo, la prensa se hacía eco de que Vélez Rodríguez apuntaba su gestión a cambiar drásticamente el modelo educativo, que para el recientemente cesado se caracteriza por un "adoctrinamiento enquistado en la ideología marxista (…) destinado a desmontar los valores tradicionales de la sociedad en lo que atañe a la preservación de la vida, la familia, la religión, la ciudadanía, en suma, del patriotismo".
Ya en su cargo, una de las primeras medidas de Vélez Rodríguez fue eliminar la Secretaría de Diversidad. También planteó eliminar las referencias a la diversidad étnica en los textos escolares. En su momento, Bolsonaro explicaba la decisión asegurando que "los gobiernos anteriores invertían a propósito en la formación de mentes esclavas de las ideas de dominación marxista".
Su última polémica llegó a comienzos de abril, cuando en una entrevista con el diario Valor Económico aseguró que el golpe de Estado de 1964 fue "una decisión soberana de la sociedad brasileña" y se trató de "un cambio institucional, no un golpe".
En consonancia con esa postura, el colombiano ratificó su intención de impulsar una "reconstrucción" de la historia reciente de Brasil, con nuevos textos escolares que permitan "que los niños puedan tener una idea verídica, real, de lo que fue la historia".
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En la misma entrevista, el ahora exministro se había mostrado contrario a armar a los profesores brasileños, tal como se había propuesto desde sectores políticos, pero defendió la necesidad de que la Policía cumpla "funciones administrativas" en las escuelas para garantizar la seguridad.