"Es probable que un acto de agresión de la India contra Pakistán sea entre el 16 y el 20 de abril. Según la información confiable que tenemos en este momento, la India puede [planear] un nuevo incidente similar al de Pulwama para aumentar la presión diplomática sobre Pakistán y para justificar la acción militar contra Pakistán", declaró Qureshi, citado por el canal Geo News, durante una comparecencia ante periodistas en la ciudad de Multán.
Qureshi dijo que "el temor a la guerra aún no se ha disipado" y que "Pakistán ha informado a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas [China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos] sobre los intentos de la India de perturbar la paz".
Las relaciones entre Islamabad y Nueva Delhi se agravaron después de que un terrorista suicida atacara el 14 de febrero un convoy policial en Pulwama, en el estado indio de Jammu y Cachemira, causando más de 40 muertos y decenas de heridos.
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El atentado fue reivindicado por el grupo terrorista Jaish-e-Mohammed (JeM) cuyo jefe, Masood Azhar, se encuentra en Pakistán, según confirmó en una entrevista reciente con la CNN el canciller pakistaní.
El 26 de febrero, la India bombardeó desde el aire las supuestas bases de JeM en territorio pakistaní, entre ellas un campo de entrenamiento en Balakot, matando supuestamente a un gran número de yihadistas, de 200 a 350, según diversos medios indios.
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Nueva Delhi precisó que era una "acción no militar preventiva" y "absolutamente necesaria" debido a la información de que el grupo estaba tramando más ataques.
El enfrentamiento aéreo, el primero desde la guerra indo-pakistaní de 1971, derivó en el derribo de un MiG-21 de la Fuerza Aérea India cuyo piloto fue capturado por los pakistaníes.
También Nueva Delhi afirma haber abatido un F-16 pakistaní, pero Islamabad niega haber utilizado estos aviones de combate en el ataque.
El 1 de marzo, Pakistán entregó al piloto cautivo a la India en "un gesto de paz" dirigido a distender la situación.