"La amenaza todavía perdura, la situación permanecerá tensa hasta las próximas elecciones generales en la India, estamos dispuestos a repeler cualquier agresión por parte de la India", dijo Khan.
El primer ministro agregó que las "sombras de guerra siguen cerniéndose sobre Pakistán y la India" porque la administración de su homólogo indio, Narendra Modi, podría emprender "una aventura más" antes de las elecciones en su país.
El atentado fue reivindicado por el grupo terrorista Jaish-e-Mohammed (JeM), cuyo líder, Masood Azhar, se oculta en Pakistán.
El 26 de febrero, la India bombardeó supuestas bases de JeM en territorio pakistaní, afirmando que era una "acción no militar preventiva" y "absolutamente necesaria" debido a que el grupo estaba planeando más ataques.
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Al día siguiente, aviones militares de Pakistán y la India protagonizaron un combate aéreo en Cachemira, el primer incidente grave desde la guerra indo-pakistaní de 1971.