En el vídeo se observa cómo uno de los dos leones del escenario se acerca hacia él a gran velocidad y empieza a atacarlo. En ese momento, Kouta se protege con el brazo izquierdo y consigue hacer retroceder al enorme animal, aunque un poco tarde. El depredador logró clavar sus enormes colmillos en los músculos del brazo y dejar varias heridas para toda la vida.
Kouta, que es egipcio, dice que los leones son sus hijos y que confía en ellos ciegamente. "Un león, como las personas, puede tener un mal día", explica, y añade que, en el 99% de los casos, cuando atacan, la culpa la tiene el domador y no el propio animal.
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