En el occidente y centro de la isla existen rocas pertenecientes a los períodos Jurásico y Cretácico que contienen una gran variedad de fauna antigua. Allí se encontraron fósiles de peces, tortugas, cocodrilos y también de reptiles marinos y voladores.
Pero no fue el único. A finales de la década del 1990, se encontró un cráneo de una nueva especie de pterosaurio. A diferencia de los otros, que fueron apropiados por Estados Unidos, este se encuentra en el museo del Instituto de Geología y Paleontología de Cuba. Al tratarse del cráneo, se pudieron realizar numerosos estudios acerca del comportamiento, hábitos y alimentación del animal prehistórico. Finalmente, en el centro del país se halló un diente de mosasaurio (el reptil marino más grande que ha existido) y huesos largos de pterosaurios.
"En los años 70 yo tenía la teoría, y la sigo teniendo, de que existieron dinosaurios en Cuba. En una expedición que hicimos a las Pizarras del Sur descubrimos un fragmento de hueso largo que, por sus dimensiones y forma, debía tratarse de un dinosaurio", afirmó Roberto Gutiérrez, jefe del Departamento de Paleontología del Instituto de Geología y Paleontología de Cuba (IGP).
Sin embargo, estos últimos restos se perdieron por lo que nunca se pudo comprobar si efectivamente se trataba de un reptil terrestre. Curiosamente la mayoría de estos hallazgos se produjeron en la zona de Viñales, reconocida mundialmente por la producción de habanos. Por lo tanto, se puede decir que las hojas del popular tabaco se encuentran en zona jurásica.