En un auto emitido, el TSJC decidió aceptar la querella presentada por la Fiscalía contra Quim Torra "por un delito de desobediencia a resoluciones judiciales o a decisiones u órdenes de la autoridad superior, cometido por una autoridad o funcionario público".
En su resolución, la Junta señalaba que la simbología independentista es legítima, pero recordaba que, sobre todo en periodo preelectoral, los edificios públicos deben mantener una "rigurosa neutralidad política".
Pese a la resolución de la Junta Electoral, la sede del Gobierno catalán siguió luciendo símbolos independentistas, lo que llevó a este organismo a emitir varios ultimátum señalando que el incumplimiento de sus resoluciones podría tener consecuencias penales.
Finalmente, tras varios días protagonizando un pulso político con la Junta Electoral, Quim Torra retiró los símbolos independentistas.
"El Ministerio Público querellante asegura que, lejos de obedecer los mandatos de la JEC, el querellado mantuvo más allá del término fijado por el organismo electoral los elementos que había sido conminado a retirar", constata el auto emitido por el TSJC.
Tras la admisión a trámite de la querella, el TSJC designará un juez instructor para tratar de dilucidar si los hechos denunciados son constitutivos de un delito de desobediencia, castigado con penas de inhabilitación para ejercer cargos públicos.
También: 'Procés' catalán: ¿imaginario colectivo o realidad latente?
Quim Torra comunicó a través de las redes sociales que recibió este 2 de abril la notificación sobre la admisión a trámite de la querella.
Acabo de signar la notificació de la querella per desobediència. Davant d'un estat autoritari, hem decidit viure sense por. Amb la llibertat d'expressió, fins a les últimes conseqüències. pic.twitter.com/uXXDuoCalq
— Quim Torra i Pla (@QuimTorraiPla) April 2, 2019
A su modo de ver, la admisión de la querella es propia de un "estado autoritario" contra el que el independentismo catalán defenderá "la libertad de expresión hasta las últimas consecuencias".