Omar Ambuila, padre de la joven, era el jefe del Grupo de Control de Carga de Buenaventura de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (DIAN) y, según las evidencias colectadas por las autoridades colombianas y estadounidenses, a lo largo de más de un año estuvo permitiendo el ingreso de contrabando al país suramericano a cambio de grandes dividendos.
Pese a que Omar y su esposa Elba vivían una vida sin grandes ostentaciones en Buenaventura, las excentricidades y los lujos desmedidos mostrados por su hija en su vida en Estados Unidos fueron la clave para destapar el esquema de contrabando.
En instantáneas compartidas en las redes, Jenny aparecía con bolsas de compras de marcas de diseñadores. Presumía también de un vehículo deportivo rojo de marca Lamborghini, estimado en más de 300.000 dólares. Además, la joven estudiaba en la Universidad de Harvard (Estados Unidos), considerada una de las instituciones más prestigiosas y costosas del mundo.
Omar, quien ganaba un salario mensual de unos 3.000 dólares presuntamente se embolsó millones de dólares al permitir que bienes no gravados entraran a Colombia. Jenny, por su parte, afirma que sus lujos han sido adquiridos con el dinero de sus negocios personales que incluían una heladería y un servicio de compraventa de divisas.
Los tres miembros de la familia Ambuila fueron arrestados el domingo (31 de marzo) e imputados por delitos de lavado de activos, por favorecer el contrabando, enriquecimiento ilícito y concierto para delinquir.
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