Según Adrian Bejan, profesor de ingeniería mecánica de la Universidad de Duke, esta aparente discrepancia temporal se explica porque la velocidad a la que el cerebro humano obtiene y procesa las imágenes se reduce a medida que el cuerpo envejece. La teoría fue publicada el 18 de marzo en la revista European Review.
"La gente a menudo se sorprende de lo mucho que recuerda de días que parecían durar para siempre en su juventud. No es que sus experiencias fueran mucho más profundas o que significasen más, sino que estaban siendo procesadas a gran velocidad", explica Bejan.
Es el hecho de que esos caminos se estropeen lo que hace que la velocidad a la que se adquiere y se procesa lo que vemos disminuya con la edad.
"La evidencia está en la frecuencia con la que los ojos de los niños pequeños se mueven si los comparamos con los de los adultos", dice Bejan.
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¿El resultado? Que las personas mayores creen que el tiempo pasa rapidísimo a partir de la edad adulta. Los días parecían durar más en tu juventud porque la mente joven recibe más imágenes durante un día que en la edad adulta. ¿Te estás haciendo viejo?