"Hubo una opinión de consenso entre los pilotos —europeos, canadienses y estadounidenses—, según muchos escenarios y los mismos vuelos en todos los sistemas con estos pilotos, de que no había una diferencia marcada en las características de manejo de estas dos aeronaves (MAX 8 y MAX 9)"… Su opinión unánime fue que no se necesitaban vuelos de entrenamiento", dijo el administrador en funciones de la FAA, Daniel Elwell, en su testimonio ante el Subcomité de Aviación y Espacio del Senado.
Dos catástrofes aparentemente similares –en el mar de Java y en Etiopía, con 189 y 157 muertos, respectivamente– provocaron una cascada de suspensiones por parte de aerolíneas y reguladores del transporte aéreo, dejando en tierra todos los 737 MAX y provocando un desplome de las cotizaciones de Boeing en la bolsa.
Elwell sostuvo que la causa del desplome del Boeing 737 MAX el 10 de marzo en Etiopía, que provocó la muerte de las 157 personas a bordo, no han sido determinadas aún.
“En verdad no sabemos todavía la razón del siniestro; hay mucho para descubrir aún en la investigación”, dijo el administrador a cargo de la FAA a los senadores.
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La semana pasada, la FAA decidió sacar del aire todos los aviones modelo Boeing 737 MAX de EEUU, luego del siniestro de Ethiopian Airlines de marzo y de otro similar ocurrido en octubre en Indonesia con el mismo modelo de aeronave en el que fallecieron las 189 personas a bordo del vuelo Lion Air 610.
Ambos accidentes se produjeron minutos después del despegue.
Los datos hallados por los investigadores muestran que los pilotos tuvieron dificultades con el software del MCAS y no lograron retomar el control de la aeronave.
El sistema MCAS baja automáticamente la trompa del avión cuando los sensores detectan un ángulo de vuelo muy alto que puede llevar a que la aeronave se detenga.